Capitulo 21

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— ¡Ya es febrero! —exclamó Palmer—, y tu tía no esta.

La miré sin expresión alguna.

— ¿Y que pasa?

— ¿Ya te dije que Julián y yo somos pareja oficial?

— Con esta son ciento veintitrés, para ya. Te dije que estoy bien por ti.

— ¿Que sucede, Mony? —preguntó Albert—. ¿Todo bien con Irak?

— No sé —contesté—. Él es tan amoroso, pero hay momentos en que se comporta tan extraño conmigo, como si no me conociera.

— Tal vez esta afectado con su padre, o algo más.

— Lo sé, Palmer, pero... llevamos un mes juntos, y no somos nada, él ni siquiera ha querido hablar de ello, siempre que quiero hablar de eso me evita, o cambia de tema —suspiré—, además siento que me esta ocultando algo.

— Quiere sexo —murmuró Palmer.

Fruncí el ceño.

— Lo dudo mucho. Irak es muy conservado, y no creo que lo vayamos hacer ahora, eso seria algo muy apresurado.

— Si, si, claro.

— ¿Y Gaby? —preguntó Albert.

— Ella sigue igual de dulce que siempre —reí—. Es una buena chica.

— Si, lo he notado —murmuró él.

— No sé que hacer —mordí mi labio inferior—, ¿y si ya no le gustó?

— Deja de ser paranoica —habló Palmer.

La miré mal.

— Bien, bien —sonrió—. Quizás le sucede algo, habla con él.

— ¿Es que no escuchas? —gruñí—. Necesito una taza de café.

— Lo que necesitas es dormir, nena. Tienes unas ojeras...

— Cállate, Palmer.

— Hey, ya no te molesto —rió—. Después hablo con Julián, y veré que me dice de Irak. Tú solo, tranquilízate.

— La palmera tiene razón, chiquilla, nos tienes a nosotros de todos modos —sonrió—, y tú lo sabes muy bien.

Asentí.

— Iré por un café, luego los veo —me paré del césped—. Los quiero.

— Nosotros mucho más —dijo Palmer.

Sonreí.

Entré al castillo.

Estar en el jardín era más agradable, que estar dentro del castillo.

Abrí la puerta que dirigía al comedor.

— Felipe —sonreí.

El castaño me miró con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Que necesitas?

— Un café —sonreí—. Bien cargado.

— Bien —rió—. Ya vuelvo.

Cogí mi celular, y empecé a mirar mis redes sociales.

Facebook se iba a comer... un calcetín.

Me daba pereza seguir revisando eso, ya no tenia caso estar en las redes sociales.

Suspiré.

— Aquí tienes —habló Felipe.

Cogí el café entre mis manos, estaba tan calentito.

Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora