—¡Jace! —exclamé—. Suéltame de una vez, Dios, tú no te cansas de joderme ¿no?—Así no se piden las cosas, princesita.
Rodé los ojos.
Llevábamos así como quince minutos.
—Solo suéltame ¿si? —gruñí.
—Tú no te aguantas ni una sola broma, princesita amargada —besó mi mejilla.
—No estoy de humor para juegos ¿sabes?
—Ay, sí. Verdad que andas deprimida por ese Irak —se burló.
—No da gracia, Jace, y no estoy deprimida. Solo que... es imposible no estar triste ¿bien?
—¿Cómo te enteraste?
—Él me lo dijo —contesté en un tono bajo.
—De verdad lo lamento —sus brazos dejaron de envolver mi cintura—. Te quise decir, pero estaba seguro que le habías partido la SIM a Tommy.
Reí.
—Tengo que admitir que es extremadamente raro que alguien le coloque nombre a su teléfono, pero bueno. Hay personas peores.
—Oye —le di un codazo en su costilla derecha.
—Aun sigues pegando fuerte.
Pero que chillones eran los hombres.
—Chillón —murmuré.
—Harmony —me llamó.
—¿Qué?
—Sé que duele.
—Supongo que... —suspiré—. Sí, duele.
—Él no te merece.
—Sé que hizo las cosas mal y que es un desgraciado, pero nadie tiene el derecho para decir si de verdad me mereció o no —elevé mis hombros.
—Estuvo comprometido todo este tiempo.
—Lo sé, pero... ¿qué habrías hecho tú?
—Pues... me habría ido de nuevo a Francia y no hubiera sido tan imbécil.
—Tú no sabes lo que viví junto a él, nadie sabe lo que sentí por Irak.
—Sé que a la hora de dar amor tú eres muy ingenua.
—¿Eh?
—Harmony, cambiaste. Te lo digo yo, cuando tú e Irak se hicieron... digamos que pareja, cambiaste, tu aspecto, tu personalidad, todo en ti cambió y yo solo me pregunté ¿Cómo y por qué?
—¿Eso fue malo?
—Claro que no —sonrió—. Te volviste a vestir como antes, volviste a ser la chica tierna con corazón y sentimientos.
—¡Yo tengo sentimientos! —reí.
—Sí, claro —me miró.
—¿Seguí siendo insoportable?
—Ah, sí. Eso nunca cambiará en ti, supongo —apretó sus labios.
—Me parece increíble todo lo que me está pasando —admití—. El año pasado juré que el año que venia iba a ser aburrido, pero ahora... veo que no.
—Son cosas que pasan, princesita —acarició mi mano—. Yo jamás pensé que tú, Harmony Craft Gutiérrez, me ibas a perdonar.
—Son cosas que pasan, princesito —lo imité.
ESTÁS LEYENDO
Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]
RomanceBilogia: "Los Hermanos Craft" (Libro #1). ❝Eran dos motores muy diferentes que al unirlos pasaban los límites de la velocidad❞. * HISTORIA COMPLETA. * PRÓXIMAMENTE SERÁ CORREGIDA. * PROHIBIDO SU COPIA O ADAPTACIÓN.