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Capítulo Veinticinco:

Capítulo Veinticinco:

Nos despertamos a eso de las doce del mediodía, -Buenos días- dijo Kendall desperezándose, -Buenos días- le respondí entre bostezos, y antes de que ella pudiera levantarse, corrí hasta el baño dando un salto desde la cama al suelo, -Hoy lo usaré primero- le dije riendo, ella bufó y cuando estaba por llegar al baño mi pie se enredó con el escritorio junto a la puerta haciéndome caer de cara al piso, -AUCH- grité riendo, no sentía mi nariz pero por las carcajadas de Kendall apuesto a que fue muy gracioso, como pude me levanté del suelo, demonios, dolía muchísimo. Caminé hasta el baño y mi nariz sangraba, -KENDALL ESTOY SANGRANDO- grité, pero ella seguía riendo como maniática, -LO DIGO EN SERIO- volví a gritar mientras limpiaba mi nariz con agua, pero en ningún momento dejó de reírse de mí, bufé y seguí limpiándome sola..

Tocaron la puerta de la habitación y Luke se encontraba detrás de esta, -Dina dice Dylan que ¡Oh por Dios qué te pasó!- dijo mirándome horrorizado, -Sin comentarios Luke- dije mirándolo mal, -Te ves horrible- agregó tocándose su nariz, -Sin comentarios- le repetí severa, -Okey, Okey, dice Dylan que debemos ir a revisar el perímetro-, -¿Desde cuando utiliza lenguaje espía?- le pregunté, -Desde que se cree el jefe, ya sabes, como su acondicionador huele mejor que el nuestro piensa que es el rey- dijo rodando los ojos, reí por su comentario, -Kendall está cambiándose, apenas termine nos encontramos en su puerta- le avisé, él asintió y se marchó, a los tres minutos Kendall salió del baño, -¿Qué quería?- preguntó, -Que Dylan dijo que vayamos a "revisar el perímetro"- le dije riéndome, -¿Ahora?- preguntó, -Sí, y supongo que luego almorzaremos, muero de hambre-, -Yo igual, vamos a buscar a los chicos rápido-, asentí y salimos directo a la puerta de su habitación. Al llegar golpeamos dos veces y nos abrió la puerta Martin, quien prácticamente nos arrastró hasta adentro, -Buenos días chicas- dijo una vez que entramos, -Buenos días a todos- dijo Kendall, -Hola- dijeyo, -¿Están listas?- preguntó Dylan, asentimos, -Entonces vamos, Dina, guíanos hasta la casa de tu tía o abuela o tía abuela, yo que sé- dijo él, asentí y todos salimos.

Caminamos a un costado de la carretera como por cinco minutos, a lo lejos podía ver el camino de entrada de la casa en la que Daphne se arreglaría, -Por aquí- dije comenzando a correr, este lugar me traía muchísimos recuerdos. Solíamos pasar las fiestas en esta casa junto a toda la familia de mi madre, nos la pasábamos tan bien. Siempre tuve una familia realmente genial, o eso yo creía. Por un lado pienso que la muerte de mis padres ayudó a desenmascarar a estas personas que se hacían llamar "familia" y que lo único que supuestamente pretendían era ayudar. La duda de qué hubiera pasado si me quedaba en Canton viviría siempre en mi cabeza, odiaba las preguntas sin respuestas.

La gran casa color manteca apareció frente a nosotros, para mi sorpresa no había nadie en ella. Seguía tan linda como la última vez que la vi. Los detalles antiguos que mis ancestros habían elegido a la hora de construir la casa seguían intactos y los años no parecían quitarle su belleza. Sonreí apenas noté que el columpio que papá y el abuelo habían hecho para mí a mis siete años seguía allí. Se podía sentir la soledad del lugar, -Austin busca lugares para trepar y todas esas cosas extrañas que haces- le ordenó Dylan al pobre chico que traumé con sus mocos, -La estilista que debemos secuestrar vendrá hasta aquí, debemos estar escondidos entre los arbustos para cuando estacione el carro- explicó Dylan, -¿Para qué quieres que busque lugares para escabullirnos cuando tranquilamente podemos entrar por la puerta?- dijo Austin, -Realmente no lo sé, bueno, ustedes dos se encargarán de secuestrar a la estilista- le respondió Dylan, -Es algo, ¿cómo decirlo?, robusta- dije, -Entonces tú, Frank, los ayudarás y luego correrás hasta el salón, que por cierto, ¿dónde queda?- preguntó, -Esa cosa que ves allí- le respondí señalándole el gran lugar, era muy lindo también, la zona en la que se encontraba era perfecta, -Oh genial, entonces esto será pan comido-, -Para su suerte mi abuela está invitada a la boda- dijo Frank, -Y comienza a las siete de la tarde- agregó, -Eso es realmente genial- dijo Kendall, -Entonces a eso de las cuatro iremos mañana a instalar la trampa- dijo Dylan, todos asentimos, -Y ustedes tres se quedarán aquí hasta que la estilista llegue-, Frank, Austin y yo asentimos. Después de eso todos nos fuimos a comer y la tarde la pasamos jugando en el gran patio de las cabañas, cuando se hizo de noche, Lina, abuela de Frank, nos cocinó unos ricos canelones y después de eso todos nos marchamos a dormir, mañana sería un día largo.