Capítulo Veintidós:

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Capítulo Veintidós:

Después del exitoso escape ambos nos dirigimos a Oklahoma, por supuesto cada uno en su automóvil. Estaba muy agradecida con Dylan, y a pesar de que siga pensando que algo extraño en la cabeza tiene, me sentía un poco arrepentida de haberlo tratado tan mal, pero solo un poco.

El viaje se pasó más rápido de lo normal, había estado pensando las quince horas en Kendall, o bueno, tal vez nueve en ella y las otras seis horas en las ganas que tenía de estrangular a mis tíos, pero la extrañaba demasiado, tenía algo que me decía que podía confiar en ella plenamente. Y después de haberlo meditado un buen tiempo decidí que era hora de hablar con ella y contarle absolutamente todo, si quería recuperar mi amistad no quería que secretos realmente importantes intervinieran en nuestra relación.

Apenas mis ojos se toparon con el cartel de "Bienvenido a Oklahoma" conduje hasta el edificio que una vez compartimos con mi antigua amiga y pude notar que Dylan me seguía, pero no le di importancia. Una vez que llegué estacioné en el mismo lugar que lo había echo la última vez que había estado allí y me bajé, -¿Qué haces?- me preguntó el rubio confundido, -Voy a hablar con Kendall, tengo que arreglar unos asuntos con ella- le dije rápido para entrar por el portal de la gran construcción, -Cuando termines debemos hablar, te esperaré aquí- dijo él, a lo que asentí algo confundida, y una vez que nuestra conversación terminó comencé a subir las escaleras a paso rápido. La puerta de la habitación de la chica se presentó frente a mí, sabía que estaba dentro porque se podía escuchar su mezcla preferida de Taylor Swift desde afuera. Respiré hondo y repasé todo lo que iba a decirle en mi mente para después golpear la puerta, una, dos y tres veces, hasta que abrió. Su rostro expresó al instante la confusión que tenía, pero no dijo ni una palabra, -Hola- le dije, -¿Qué quieres?- preguntó fría, -Necesito hablar contigo, sobre lo que sucedió, por favor, aunque sea cinco minutos, voy a explicarte todo, lo juro, la verdad es que me di cuenta que a pesar de que nos conocemos desde hace muy poco tiempo te necesito, sé que eres una gran persona y yo lo único que sé hacer es echar todo a perder la mayoría del tiempo, pero quiero arreglarlo, por favor Kendall- las palabras salieron de mi boca rápidamente, estaba nerviosa, temía que ella me ignorara y que cerrara su puerta en mi nariz, -Esta bien, adelante- dijo después de pensar unos segundos, se corrió para dejarme pasar y entré. Ambas nos sentamos en el sofá frente al televisor, -Te escucho- dijo una vez que las dos estuvimos sentadas frente a frente, -Bueno, como verás yo sí conocía a Dylan, pero cuando lo conocí lo odié al instante, digamos que no tuvimos una muy buena relación desde el primer momento y él me provocaba escalofríos, y repugnancia, entonces cuando me hablaste de él lo único que hice fue fingir que no lo conocía, para no comentarte por qué pensaba que era un idiota. Luego pasó lo que pasó y tú te enfadaste, con toda la razón del mundo, y yo solo quise protegerte, pero me di cuenta que en realidad es buen chico- me expliqué, -¿Por qué no quisiste contarme cómo lo conocías?- preguntó, -Porque él me secuestró- dije normal, y ella abrió sus ojos como platos más confundida que antes, -Para divertirse, y después de eso comenzó a perseguirme, y la vez que llegué al café con la frente herida, fue su culpa, ya que comenzó a perseguirme en su auto y le disparó a una de mis ruedas traseras-. Su expresión se volvió preocupada, ella dejó de mirar mis ojos para observar el suelo alfombrado de la habitación y no soltó palabra alguna, -Perdóname por no contártelo- dije mirando mis manos, -No sé por qué te escondí eso, tal vez me daba vergüenza, pero no sé por qué, en realidad pensaba en contártelo después, pero no debí mentirte, lo siento Kendall, me gustaría que volvamos a ser amigas, pero sin secretos- dije a punto de soltarme en llanto, ya sentía como mi voz se iba quebrando y de pronto ella me abrazó fuerte, y comenzó a llorar en mi hombro, correspondí su abrazo, e imité su acción, -Te perdono Dina, debí escucharte, yo también actué mal-, -Yo fui la culpable, tu tranquila, me alegra de que me hayas escuchado, yo te extrañaba demasiado- le dije separándome y con una sonrisa en el rostro. Por primera vez después de tanto tiempo, las lágrimas que salían de mis ojos no eran por tristeza, sino por felicidad, había recuperado a mi única nueva amiga. -¿Todo como antes?- me preguntó, -Todo como antes- dije sonriendo y volvimos a abrazarnos, -¿Por qué desapareciste?- me preguntó, -Verás, viajé a Canton porque mi tía me llamó contándome que mi abuelo estaba muy enfermo y que necesitaba verme para estar mejor, que lo único que hacía era balbucear mi nombre y que me necesitaban, asustada, viajé hasta allá para verlo, no iba a soportar que alguien más falleciera por mi culpa, pero al llegar a mi antigua casa, se encontraba en venta, me desesperé y hablé con una vecina y me comentó que mi queridísima tía había vendido la casa y que estaba viviendo con su querido prometido, conduje hasta su nueva casa y al llegar mi abuelo se encontraba mejor que nunca y me enteré de que la casa ya había sido vendida y que los nuevos dueños eran los que querían venderla de nuevo. En ese momento exploté y comencé a golpear a todos, y a romper cosas, le pegué a un vidrio y me lastimé la mano, también me confesaron que habían vendido la casa ya que estaban por casarse y usaron parte del dinero para su boda, en la que para varear no estaba invitada. Una vez herida me fui hasta el hospital y me curaron, al salir, la policía me atrapó y me encarcelaron un día solo para hacerme temer, todo gracias a mi tía y su novio, en la noche tuve una alucinación y al despertar estaba en un manicomio, resulta que nuevamente Daphne había pagado para que yo entrara y no saliera nunca más. Dylan me siguió en todo momento, y un día fue a visitarme, se ofreció para ayudarme a escapar y acepté, esa noche, que algún día te la contaré con lujo de detalles, me escapé, todo gracias a él, y ahora estoy aquí- le conté todo, ella volvió a abrazarme y a susurrarme lo maldita que era mi tía. Fuimos interrumpidas por el sonido de la puerta, -¿Quién será?- preguntó ella confundida, se levantó y caminó hasta la puerta para abrirla, -Hola- dijo una voz que ya se había echo conocida para mí, y seguro que para Kendall también, -Debes buscar a Dina-, -Sí- dijo aquella persona, -Pasa- dijo mi amiga dejando entrar al rubio que la traía loca. –Dina te dije que teníamos que hablar, pero te tardaste demasiado y es muy importante que me escuches- dijo él, -Te escucho- dije mirándolo, -Debes cambiar tu imagen, van a empezar a buscarte por todos lados, no lo sé, cortarte el cabello, teñirte y cambiarte el nombre, pueden volver a atraparte- dijo él, -Dylan tiene razón- dijo Kendall apareciendo por detrás del chico, -Okey, sí, tienen razón- dije no muy convencida, Kendall sonrió, -Yo voy a ayudarte- dijo ella, -Puedo conseguir un documento falso, y nadie se dará cuenta- dijo Dylan, -¿Cómo?- preguntó Kendall, -Tengo contactos- dijo él sonriéndole a la castaña mientras le guiñaba un ojo, la castaña se ruborizó y se dirigió al chico una vez más, -Dylan necesito que me hagas un favor-.

El gran favor que Kendall le había pedido al matón fue ir a comprar tinturas, y cosas para cambiarme por completo. Al cabo de unos minutos el muchacho se encontraba en el edificio y mi cabello estaba a punto de ser cortado y teñido. No podía creer lo que estaba por hacer.

-Debes vengarte- dijo Kendall mientras untaba tintura marrón en mi cabello, estábamos hablando sobre el tema de mi tía, -Las ganas no me faltan- admití, -¿Por qué no arruinas su boda? Me apunto para ayudarte- dijo Dylan, -¡Claro que sí! ¡Hagamos eso! También me apunto- dijo Kendall emocionada, -No lo sé- dije dudosa, tenía el presentimiento de que algo iba a salir mal, -Dina, ella está arruinando tu vida, arruínale el mejor día de su vida-, -Dylan tiene razón Di, podemos manchar su vestido, y arruinar el salón, poner insectos en la comida, ¡Eso es genial!, mi primo es exterminador, puedo pedirle lombrices, o saltamontes, o incluso peor, ¡Alacranes!- dijo emocionándose, -Y puedes contarle a todo el mundo lo que ellos dos hicieron contigo solo por dinero y para tener la boda perfecta- agregó el chico, -Tienen razón, ¿Qué estamos esperando? Manos a la obra- dije sonriendo maliciosamente. Intenté levantarme pero sentí cómo Kendall jaló mi cabello, -Auch- dije quejándome, -Espera a que termine- dijo retándome, a lo que Dylan rió.

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