«Acércate porque te odio.» - Jesús y Tú - Gemeliers

Capítulo quince.

Hola, cosas guapas.
Solo quería deciros que son las 4:30 de la mañana, estoy malita, tengo fiebre, y acabo de escribir el capítulo, así que perdonadme si os parece un poco caca, que espero y deseo que no.

Me ayudarían taaaanto vuestros votos, y maravillosos comentarios. (¿Cuela? xD).

Espero que lo disfrutéis, y mil gracias por leerme.

Un besote enorme.

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- _______, ¿Vas a salir?. - preguntó mi madre, y apenas pude oírla, porque estaba aspirando el salón. - Su obsesión por la limpieza me ponía enferma. -

- ¿Eh? - - Ah, joder, con ese ruido, no te escucho. Sí, vamos a cenar por ahí. -

- ¿Quiénes vais?. -

- Pues los de siempre. -

- ¿Van también los chicos estos nuevos?. -

- Claro, mamá. Ya sabes que siempre se vienen con nosotros, son parte del grupo. -

- Anda, mira tú. ¿No te gusta ninguno?. -

- Ay, mamá, quién me va a gustar, con lo bien que estoy yo sola. -

- Pues a ver si te echas ya novio. El día que uno te pille, va a tener que firmarme un contrato. No valen devoluciones. Pobrecito. - Dijo mi padre, que acababa de entrar al salón.

- Ja, ja, ja. Qué gracioso. Si tú llevas tantos años casado, a mí cualquiera podrá aguantarme. Pero vamos, que me dejéis tranquila, que así estoy muy bien. - dije.

- Oye, ¿A qué hora vas a volver?. - preguntó mi padre.

- Pues no sé, pero supongo que tarde. -

- Bueno, pues llévate llaves, que nosotros saldremos a dar una vuelta. Y tus hermanos también se iban a ir por ahí, así que igual cuando vuelvas no hay nadie. -

- De todas formas, luego os llamaré a ver donde estáis, y si eso me acerco, que no me apetece estar en casa sola. -

- Como veas. -

- ¡Me voy a duchaaaar! - Informé, dirigiéndome hacia el baño.

- Recoge luego todo, _____, que nos conocemos. -

- Madre mía, hija, si siempre lo recojo todo. - me quejé. -

- Bueno. - Escuché decir a mi madre, antes de cerrar la puerta del baño.

Qué pesada, por dios.

Aún quedaban dos horas, pero quería arreglarme, y prefería empezar con tiempo.

Solía ser puntual siempre, y no estar preparada a tiempo, o tener que ir deprisa, me ponía de los nervios.

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- Una cosa, ¿Quedamos en la puerta del instituto como siempre, no?. -*Enviar audio.*

María y yo ya estábamos de camino, y acabábamos de darnos cuenta de que no habíamos concretado un lugar para encontrarnos con el resto.

- Pues ahora que lo dices, podíamos quedar en la esquina del bar ese que hay al lado. Pilla un poco más cerca, ¿no?. - Propuso Laura.

- Como digáis. - contesté.

Nos pusimos de acuerdo, y cuando María y yo llegamos, saludamos a Alfonso y Noa, que ya estaban allí.

Olalla llegó dos minutos después.
Dani, Hugo, y Jesús otros dos más tarde.