Capítulo veintiséis.

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- Hay unos cuantos motivos por los que nunca tontearía con tu primo. Y... ¿Cuándo dices de quedar?. -

- Pues no parecía lo mismo en el cine. Cuando tú quieras. - contestó, sólo unos segundos después.

- Ya, bueno.😌 ¿Mañana por la tarde?. Así luego podemos quedar directamente con estos... -

- Por mí, bien. ¿En tu casa o en la mía?. 😏😏 -

- JAJAJAJAJAJA Qué retrasado. En la mía, si quieres, que creo que va a estar libre. -

- JAJAJAJAJA Siempre había querido decir eso.😂 Vale, ¿A las seis, te viene bien?. -

- Perfecto. -

- Bueno, pues mañana nos vemos. Me voy a dormir, que estoy reventado. Buenas noches.😘 -

- Buenas noches, toli, descansa.😘 -

Sonreí antes de bloquear el móvil, y, lo más curioso, es que seguí sonriendo mientras me acomodaba en la cama, y me tapaba hasta la nariz.

No tardé en dormirme, había sido un día genial, aunque algo largo...
y algo me decía que el viernes no sería del todo diferente.

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Me levanté con buen pie, era viernes, y eso siempre era positivo.

No pasó nada interesante en clase, y, para la hora del recreo, ya estaba soñando con la siesta.

Quedamos en que, después de que Jesús y yo terminásemos con inglés, nos uniríamos al grupo en el centro comercial.

Hacía un frío que pelaba, y, al menos, ahí estaríamos calentitos.

- Así que, esta tarde has quedado con Jesús... - dijo Olalla, reprimiendo una sonrisa que amenazaba con escaparse de sus labios.

- ¿...Sí?. - contesté, rodando los ojos.

- Interesante. - dijo Laura, con una sonrisa pícara.

Los chicos se nos habían adelantado, y las chicas y yo estábamos subiendo las escaleras que conducían a clase.

Juro que iba a empujar a alguna en cualquier momento, y las bajarían rodando, como siguiesen con la tontería.

- Pues ya nos contarás... - dijo Noa.

- No os contaré nada, porque no habrá nada que contaros. - dije, con tono serio.

- No te pongas así, mujer. - dijo Laura, riéndose.

- Es que no sé a qué viene tanta risita. Voy a quedar con Jesús, como si quedo con mi primo el del pueblo. No sé por qué tanto revuelo. -

- Sí, lo mismito es. - Ironizó María, y todas comenzaron a reírse.

- No me gusta, ni yo le gusto a él, no sé cómo tengo que decíroslo. -

- Ay, ____, qué ciega estás. - dijo María.

- Ciega, ¿Por qué?. - ya me estaba cansando. ¿Por qué no me creían?.

- Mira, había visto mucho en las pelis eso de que la tía se enamoraba, y no tenía ni puta idea de que lo había hecho, pero me parecía una gilipollez... ahora lo entiendo. - dijo Laura.

«Acércate porque te odio.» - Jesús y Tú - GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora