«Acércate porque te odio.» - Jesús y Tú - Gemeliers

Capítulo nueve.

¡Hola, amorcetes!

He tardado un poquito porque mi inspiración brilla por su ausencia, y este era un capítulo que quería que quedase muy bien, pero al final no me convence del todo... me gustaría saber qué os parece, si no es mucho pedir.

¡Los votos y comentarios son bienvenidos y agradecidos.! :)

Un besote enorme
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- Joooooooder. -

Fue lo primero que me salió nada más despertarme, y sentir que un rayo de luz me atravesaba el ojo derecho cuando intenté abrirlo.

Anoche volví a dormirme escuchando música, y se me olvidó bajar la persiana.

Si de por sí los despertares no eran lo mío, despertarme de esta forma, solo lo empeoraba.

Seguí maldiciendo un par de segundos, hasta que decidí que ya era suficiente.

Cogí el móvil, y miré la hora.

Jueves. 7:00 am.
Qué gustito. - nótese la ironía -.

Hice lo mismo que todas las mañanas antes de poner rumbo al instituto - para variar - y el día pasó mucho más rápido de lo que me hubiese gustado.

Fue un buen día, no podía quejarme por eso. Lo había pasado sin muchas cosas que hacer en clase, y riéndome un rato con mis amigos, pero, que ya fuesen las cinco de la tarde, significaba que tenía que empezar a prepararme para el día de piscina que me esperaba el viernes.

Cuando lo hablamos, yo no había caído en que era puente, así que habíamos quedado todos a las 11 de la mañana en el patio de Dani.

Aún tenía que depilarme, ducharme - no, no pensaba lavarme el pelo cuando al día siguiente se me pondría asqueroso con el cloro, no entiendo a la gente que hace eso - y, sobretodo, mentalizarme.

Aún seguía pensando excusas para escabullirme y saltarme el plan, pero estaba claro que ni las chicas, ni los chicos iban a dejar que lo hiciera, me lo habían dejado muy clarito a lo largo de la semana.

¿Qué más les daba a ellos? Podíamos quedar cualquier otro día, y hacer cualquier otra cosa que no supusiese salir de mi zona de confort.

Pero en cuanto les sacaba el tema, ya estaban con su - Joder, _____, es el último día de piscina, y vamos a ir todos juntos, no es plan de que falte alguno. Nos lo vamos a pasar genial. Blah blah blah. - y no podía decirles que no, porque sabía que les jodería el rollo, y eso no era mi intención, para nada.

Las chicas siguieron animándome esa tarde, y por el grupo que teníamos todos, no paraban de comentar lo bien que lo pasaríamos.

Yo, mientras, intentaba meterme en la cabeza que, pasase lo que pasase, iba a ser un día genial.

Laura vendría con nosotros.

Al tercer día de venirse con el grupo, nos tenía prácticamente a todos ganados, y decidimos que era buen momento para incluirla en nuestras largas y absurdas conversaciones de whatsapp, a las que se unió en seguida.

Hubiese deseado conocerla antes.

Es muy adorable, y se la ve buena persona. Yo tengo un don para captar a todo aquel que no sea trigo limpio que se acerque a mí, y ella me da muy buena espina, lo que es una buena señal.
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Eran las once de la noche cuando terminé de prepararlo todo.

Cené sola, porque el resto de mi familia ya se había acostado, y me quedé viendo la tele hasta las tantas, cuando me obligué a irme a dormir, si no quería tener peor cara aún que la que tendría sin maquillaje al día siguiente.