«Acércate porque te odio.» - Jesús y Tú - Gemeliers

Capítulo seis.

Cuando reaccioné, bebí lo que quedaba del vaso de agua, lo dejé en la pila, y salí directa hacia el salón, en busca de un poco de normalidad después de ese momento tan jodidamente extraño.

- Uy, _____, ¿Estás bien? Tienes una cara... Ala, y los vaqueros  empapados, ¿Qué te ha pasado?. - me preguntó Dani, visiblemente desconcertado.

- Eso digo yo, tía, parece que te has hecho pis encima. - dijo María, medio riéndose.

- No me hace ni puta gracia. - les dije seria, y tanto ellos dos como Alfonso se quedaron helados. - He ido a por un vaso de agua, me he chocado con tu hermano, le he mojado un poco sin querer, y se ha puesto como loco. Me ha insultado y todo, no sé de qué coño va... - expliqué, mirándoles a todos, pero fijando la mirada en Dani cuando hablaba de Jesús.

- Menudo gilipollas. - Comentó enseguida María, apoyándome.

- Está medio tonto, macho. - dijo Alfonso.

- Buah, no le hagas ni caso _____, luego hablo con él, que no tiene por qué tratarte así por esa estupidez. Tú ve al baño, busca el secador de mi madre en uno de los armarios, y date un poco al pantalón, que sí que parece que te has meado... - terminó, intentando quitarle un poco de tensión al momento, y disipar, por poco que fuese, mi gran y lógico enfado.

Me relajé un poco, y, después de que me recordase como se iba al baño, me dirigí hacia allí.

Hoy parecía no ser mi día, porque en cuanto giré el pomo para entrar al baño - Vale, se me había olvidado llamar, pero iba pensando en mis cosas, y no pensé que fuese a haber nadie dentro - me encontré con una estampa de todo, menos agradable - rozaba lo asqueroso, de hecho -.

Jesús estaba riéndose, y Zaida se encontraba pegada a su cuerpo, literal - no estaban más cerca porque su ropa no se lo permitía, y no exagero - con un intento - muy pésimo, a mi parecer -  de sonrisa “sexy”, quitándole la camiseta, que tenía un gran manchurrón de agua - culpa mía. -

Apenas se separaron al notar mi presencia, e hicieron caso omiso al - uy, lo siento - apresurado que se escapó de mis labios en cuanto me les encontré de esa guisa.

- Oooooootra vez.- dijo pesadamente Jesús, rodando los ojos. -

- Sí. La pobre es así de tonta. Y encima torpe, lo tiene todo. - acompañó Zaida.

- Ehhh, que yo sepa, a ti no te he dicho nada, así que te relajas. - contesté, demasiado cabreada como para quedarme callada.

- Mira guapa, me relajaré si a mí me da la gana, yo no tengo la culpa de que seas medio toli, y de que le hayas tirado un vaso de agua a Jesús. Encima ahora vienes aquí a joder, que parece que no sirves para otra cosa. -

- Pero qué gilipollas. Ya he dicho que lo siento; al subnormal ese por tirarle el agua sin querer, que han sido dos gotas, no un vaso, pedazo de dramas, y también por haber entrado aquí, que, te puedo asegurar que si llego a saber que estábais vosotros dentro, ni se me hubiese ocurrido. -

- ¿Pero qué coño haces insultándome? Eres tonta, y no hay más. Pírate de aquí. - dijo Jesús, aumentando el tono de su voz de forma considerable.

- Eso digo yo, gilipollas, ya te estás yendo. - le apoyó su amiguita.

- Eh, eh, eh, ¿Qué haces tío? ¿Estás tonto? Le he dicho yo que viniese a secarse, ¿Por qué coño la hablas así?. - Dijo Dani detrás de mí. Supongo que había venido al escuchar los gritos.

- Me la suda, estamos nosotros, es ella la que viene aquí insultando al personal. Que se vaya. -

- No se va a ir, te vas tú, y llévate a tu amiga, que te dije doscientas mil veces que esta tarde necesitaba la casa y tú dijiste que no me ibas a molestar. - dijo Dani, empezando a enfadarse de verdad con su hemano.