CAPITULO 35 MI FELICIDAD ERES TU
Si alguna vez me preguntasen que era para mí la felicidad sin duda les hablaría de este momento. Que estaba pillado por Bella no era ningún secreto. Pero cuando la tuve en mi cocina, a escasos centímetros de mi, con su olor a fresas invadiendo todo mi espacio y mirándome con esos ojos color chocolate... sí, en esos momentos me di cuenta de que no estaba pillado por ella. Estaba enamorado hasta las trancas.
¿Cómo no me había dado cuenta antes? Tenía todos los síntomas de enamoramiento de los que había oído hablar y que nunca padecí. No dormía, no comía y sentía un profundo dolor en el pecho cada vez que me ignoraba deliberadamente. A parte de ese instinto protector desde que el hijo de puta de James la atacó.
Era consciente de que los días posteriores al ataque de Bella yo había estado insoportable, taciturno y deprimido y por varias razones. Lo primero, al ver a Bella siendo atacada por ese cabrón había hecho que mi sangre hirviera, le habría roto todos y cada uno de los huesos de su cara por tocar a Bella sin su consentimiento; los dos puñetazos que le di no llegaron a calmar mi rabia en lo más mínimo. Y pobre de él si se volvía a cruzar en mi camino. Y lo segundo... ver aparecer a Jacob Black en el hospital... arrgg. No le había vuelto a ver desde el día en que casi me parte las piernas... ni ganas que tenía. Había pasado un año y pico y ahora estaba más alto, más fuerte y sí... más atractivo. Justo del tipo de chico en el que se podía fijar Bella. De hecho me hice una paja mental al verlos ahí abrazados y llegué a pensar que podían estar juntos... Pero no. El premio especial era para mí y sólo para mí.
Bella era mía y de nadie más. Yo había sido el primero en besarla, el primero en tocarla y el primero en amarla...Sí, vale, parece que me estoy amariconando... me da igual. Desde aquella noche en la que estuve con Bella comprendí el significado hacer el amor. Nunca lo había hecho. Siempre había tenido sexo sin amor, un acto en el que aliviar los instintos, nada más. Desde aquella noche mi perspectiva del sexo cambió radicalmente. Incluso un tierno beso en los labios ahora significaba un mundo para mí.
Ni que decir tiene que desde que estoy con Bella - sí, estoy con ella, es mi novia por si no ha quedado claro - las relaciones con mis hermanos han cambiado para mejor. Ya no me peleo con Rose veinticinco horas al día, de hecho ha dejado de insultarme casi por completo. Mucho ha influido el que haya dejado de salir definitivamente con mis amigos, excepto con Tyler; le debo una al capullo por avisarme de lo de Alec. Y ahora vuelvo a ser el de antes con Emmett y con Jasper. Vuelvo a ser yo, pero mejorado. Ahora sí que tengo todo lo que quería. Mi vida no podía ser mejor.
Y más en estos momentos. Bella y yo habíamos aprovechado que mi casa estaba vacía para estudiar para el examen de biología, la única clase que compartíamos juntos... los libros nos habían durado en las manos lo que la ropa puesta. Habíamos hecho el amor dos veces y mi cuerpo aún pedía por más. Nunca me podría hartar de estar con Bella.
Estábamos en mi cama desnudos sobre las sábanas. Bella se había quedado dormida, hacía una media hora que su respiración se había acompasado. Dormía con una mano bajo la cara, como si fuera un bebé, aumentando ese halo de inocencia que la caracterizaba, aunque el momento no era para nada inocente. Su espalda estaba pegada a mi pecho y su perfecto culo estaba en ese preciso punto de mi cuerpo que ya reclamaba atención. Retiré su sedoso pelo y sumergí la nariz en ese punto secreto de su nuca en el que el olor a fresas de su champú era intoxicante. La piel delicada de la zona me estaba llamando, así que la besé suavemente, acariciándola con la nariz muy despacio para no despertarla.
La suavidad de su piel me enloquecía, sobre todo en la piel entre su cintura y sus caderas...pasé el dedo índice por esa zona, aunque me gustaba aún más pasar ese mismo dedo por las puntas rosadas de sus pechos. Levanté un poco la cabeza para mirarla y gemí. Aún tenía los pezones sonrojados por los besos que le había dado minutos antes y por el roce de mi incipiente barba...
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La Noche que cambió mi vida (Finalizada)
RomanceLos personajes le pertenecen a S. Meyer. La historia es de mi autoría y está registrada bajo derechos de autor, la copia y/o distribución de la misma sin mi permiso se consideraría plagio. Código de la historia 1203291387693 Bella es una chica tímid...