CAPITULO 9 ERES UN IMBÉCIL, EDWARD
Cinco minutos después de que el coche del amigo de Isabella arrancara aún seguía mirando por donde se habían marchado. Era incapaz de moverme de allí. En esos momentos no me importaba ni el frío de Forks ni que yo estuviera en tirantes.
Como si me hubiera leído la mente Emmett me pasó la chaqueta de su traje por los hombros y me frotó los brazos para darme calor. Me hundí en ella para aspirar su aroma para tranquilizarme y no cometer un hermanicidio.
— Vamos, nena... aquí ya no hacemos nada — me dijo mi novio suavemente.
— ¿Crees que estará bien?
— Se le pasará, cielo — dijo retirándome el pelo de la cara —. Esa chica ha aguantado más putadas de las que pueda recordar... lo de esta noche ha sido duro para ella, pero el dolor no le va a durar para siempre.
— Joder — susurré —. No sé si estoy apenada o cabreada.
— Vamos, Rose... sabías que esto iba a pasar — dijo Jasper —. Y sinceramente creo que al intentar evitarlo lo único que has conseguido es animar más a Edward a llevar a cabo la bromita.
— Genial, Jasper... Ahora hazme sentir culpable — eché a andar enfadada.
— No te enfades, Rose... no lo he dicho para que te sintieras mal... sabes cómo es Edward.
Miré los ojos de mi hermano gemelo. Eran exactamente del mismo color que los míos. Se podía decir que nos compenetrábamos bien aunque éramos polos totalmente opuestos; él era el tío más calmado y sensato de la tierra mientras que yo había veces que era tan impulsiva que no me aguantaba ni yo. Y este no era uno de mis mejores momentos. Mi cabreo estaba en cotas de record.
Mi relación con Edward estaba pasando una muy mala racha. Mi hermano era el chico más atento y cariñoso que podía haber. Era amable y muy protector conmigo, aunque yo fuera mayor que él. Éramos como uña y carne...y ahora nos habíamos convertido casi en desconocidos. Ya no íbamos al cine los fines de semana, ni hacíamos peleas de agua mientras lavábamos los coches, ya no tocaba el piano...ahora en cambio los fines de semana salía de juerga con los amigotes, se pasaba las horas muertas entrenándose para el equipo y en vez de acariciar las teclas del piano se dedicaba a sobetear otras cosas...Aún no lograba entender el por qué de este cambio.
Pero todo fue a peor. Mucho peor. Todo empezó aquella mañana en la cafetería del instituto cuando Alec, el tío malo de último curso, le propuso a Edward la "bromita" de Isabella, como ellos decían. Bromita... y una mierda. Se metían con esa chica constantemente y ella apenas se defendía. Ugh. Si yo fuera ella habría dejado a más de una pelona como una escoba. ¿Cómo no se había dado cuenta antes de que todo era una farsa? ¿Por qué no me había creído? Recuerdo el momento en el que Jasper me mandó un mensaje en clase diciéndome que era oficial, que Isabella iba a ser pareja de Edward... ¿es que acaso no había pillado las indirectas directas y las risillas burlonas? Dios, cuánto podría enseñarle yo a esa chica...
Yo no había nacido para ser la mejor amiga del mundo. De hecho se podría decir que no tenía ninguna amiga y tampoco me interesaba. El grupito de las populares se había empeñado en tenerme a mi entre ellas, insistían en que me uniera al equipo de las animadoras, pero no me interesaba. Todas las chicas del instituto eran unas niñatas creídas, falsas y rematadamente tontas y nunca, nunca me involucraba en peleas o riñas entre ellas. Que se buscaran la vida. Pero el caso de esta chica me había calado hondo.
Definitivamente Isabella no era una chica muy agraciada. Entre lo rarita que era y su peculiar carácter introvertido se convertía en el blanco perfecto para las bromas y las humillaciones. Me enfurecía que la gente atacara a los más débiles por no ser como ellos. Isabella no era un ideal de belleza, ni mucho menos, pero era una persona como cualquier otra y tenía sentimientos. Y al parecer esta noche le habían tocado esos sentimientos. Esa chica estaba loca por mi hermano, se le notaba a kilómetros...y hace apenas un par de horas ese imbécil le había partido el corazón.
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La Noche que cambió mi vida (Finalizada)
Roman d'amourLos personajes le pertenecen a S. Meyer. La historia es de mi autoría y está registrada bajo derechos de autor, la copia y/o distribución de la misma sin mi permiso se consideraría plagio. Código de la historia 1203291387693 Bella es una chica tímid...