Capítulo 60 Esperando el gran Día

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CAPITULO 60 ESPERANDO EL GRAN DÍA

No sé cuánto tiempo pasé dormida, pero me levanté aún muy cansada. Lo primero que hice fue tocarme la tripa, pero ya no estaba. Miré hacia abajo y mi vientre estaba casi tan plano como antes de estar embarazada. Me dolía, eso sí. Cuando fui a incorporarme Carlisle entró por la puerta junto con Esme.

- Hija - gritó Esme -. ¿Qué tal te encuentras?

- Eh... .bien, Carlisle, ¿y mi bebé? ¿Cómo está? ¿Donde está Edward?

- Tranquila, pequeña. El bebé está bien, tuvimos que ponerle un poco de oxigeno porque hizo muchos esfuerzos, pero está perfectamente. Edward está con tu padre viendo a mi nieto - Oh, Edward y mi padre juntos -. ¿Cómo te encuentras?

- Bien... supongo. Me duele un poco la tripa...

- Es normal, te hemos puesto 16 grapas debido a la cesárea.

- ¿Cuándo podré ver al bebé?

- Voy a preguntar, de todos modos tienes que descansar, cielo...

- Carlisle...- hice un puchero al estilo Alice.

- De acuerdo.

Me quedé un rato a solas con Esme. Intentó tranquilizarme pero estaba muy nerviosa. Quería ver a mi bebé y quería ver a Edward. ¿Estará bien mi hijo? ¿Por qué no puedo verlo aún? Esme estaba a punto de llamar a la enfermera para que me diera un tranquilizante cuando se abrió la puerta. La imagen más bonita se apareció ante mí. Edward empujaba la cunita de nuestro hijo y mi padre lo seguía de cerca. Tenía una sonrisa preciosa en el rostro, estaba feliz, pero se le veía cansado.

- Amor - me besó en los labios -. Mira, nuestro bebé.

Me sorprendió verlo con la facilidad con la que lo cogía, con extremo cuidado pero con firmeza. Lentamente me lo colocó en mi regazo. Era perfecto. Estaba muy sonrosado, mantenía sus ojitos cerrados y su boquita formaba una perfecta o. La fina capa de cabello que cubría su cabecita era de color dorado, sin duda una mezcla de Edward y mía. Empezó a sollozar bajito.

- Creo que tiene hambre - me susurró Edward.

- Oh.

Miré a la habitación y nos habían dejado solos. Desabroche ligeramente el camisón y le ofrecí a mi hijo su alimento, que gustoso aceptó. Edward nos miraba embobado.

- Es perfecto - dijo acariciando mi mejilla. De la cual rodaban un par de lágrimas, por cierto.

- Sí... estoy tan feliz de que todo haya salido bien...

- ¿Cómo te encuentras, amor?

- Bien... un poco cansada, pero bien. Ahora que estás conmigo...

Se acercó a besar mis labios dulcemente mientras mi hijo tomaba su comida, iba a profundizar el beso cuando se abrió la puerta.

Entraron un montón de caras conocidas y detrás Esme, Carlisle y mi padre.

- Lo siento hijos, no he podido con ellos - dijo Esme un poco apurada.

- ¡Mamá, queremos ver a nuestro sobrino! - dijo Rose -. ¡Oh Dios santo, es perfecto, es una preciosidad!

- Me da igual que sea niño, le voy a comprar ropa para que pueda cambiarse un par de veces al día - saltó Alice. Todos rodamos los ojos -. ¿Qué?

- Espero que no estés incómoda con todos nosotros aquí mientras tú estás...- señaló Jasper mientras yo seguía dando el pecho al pequeño Edward.

La Noche que cambió mi vida (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora