CAPITULO 58 UNA BODA Y...UN NACIMIENTO
Hoy era la boda de Jake y Leah y yo estaba un poco de mal humor. Sí. Y la razón era porque mi amigo decidió casarse justo cuando yo me encontraría de ocho meses. ¡Perfecto! Apenas había engordado diez kilos, se supone que era un peso más o menos normal... pero mi tripa estaba súper redonda y abultada a estas alturas del embarazo. Carlisle nos dijo a Edward y a mí que el bebé era bastante grande. ¡Genial! No tenía que haberme dicho eso sabiendo de donde va a salir. Gemí sonoramente al recordar ese punto.
- ¡Bella! - gritó Alice -. Venga, vamos a vestirte.
- Alice, ¿qué me vas a poner, una tienda de campaña? ¡No creo que entre en ningún vestido decente para una boda! - dije haciendo pucheros
- Bella, qué poca confianza tienes en Alice.
Me giré para ver a Rose en la puerta de mi habitación. Oh, me alegré tanto... La echaba tantísimo en falta. Rose con el paso del tiempo se había convertido en una hermana para mí. Ella había estado desde mis "comienzos" con Edward. Rose sabía lo que había sufrido y también lo feliz que era en estos momentos...
- ¡Rose! - grité mientras corría para abrazarla, aunque más bien se chocó con mi tripa.
- Wow, estás tan redondita...- dijo frotando mi estómago como si estuviese frotando una lámpara mágica.
- Rose, tu también no, por favor... Me estoy hundiendo, ¿sabes? Vosotras vais a ir preciosas... en cambio yo estoy horrible.
- Para nada - dijo Edward desde la puerta -. Estás preciosa.
- Edward, tú no eres imparcial y lo sabes - le contesté.
- Si quieres te demuestro lo imparcial que soy - susurró en mi oído.
- ¡Hey, hey, que hay testigos! - gritó Rose -. ¿Siguen igual de pegajosos? - le preguntó a Alice, esta asintió sonriendo -. Vale, no quiero saber nada más... ¡Además tenemos que preparar a la preñada!
- ¡Hey! - le di un codazo.
Edward salió de la habitación dejándome sola con esas dos lobas. Me maquillaron de manera discreta y me peinaron con suaves ondas. Estaban echándome la laca cuando sentí una patada del pequeño Edward, pero no una patada normal y corriente como las que sentía todos los días. Esta me hizo daño. Rose notó mi cara y se tensó ligeramente.
- ¿Estás bien, Bella? Ya terminamos... si quieres puedes tumbarte un poco y...
- No, tranquila, estoy bien. Ha sido sólo una patada.
Las chicas me miraron preocupadas aunque las hice un gesto de que todo estaba en orden. Terminaron con mi pelo y se dispusieron a arreglarse ellas. Las esperé en la cama sentada ya que no me fiaba de mi misma, últimamente podría quedarme dormida de pie.
Estaba cansada, pero estaba feliz. Esta tarde mi mejor amigo iba a casarse con la mujer de su vida y todos los amigos nos juntaríamos para celebrarlo. Me parecía mentira como mis dos grupos de amigos se llevaban tan bien. Me alegraba de veras. Además esta tarde vería a mi padre, aunque le veía varias veces a la semana me gustaba el hecho de verle en una fiesta, quería que se divirtiera. Sus únicas salidas eran a pescar los fines de semana, un planazo.
Después de un rato salieron las chicas preciosas. Alice llevaba un vestido rosado hasta las rodilla con una chaqueta a juego y Rose llevaba una falda negra de tubo y con un top rojo. Estaban perfectas. Me hundí en mi miseria, de hecho quise meterme debajo de la almohada.
- Vamos, Bella. Hay que vestirte - saltó Alice.
Traían una funda para la ropa. Ahí se encontraba mi vestido. Cuando abrieron la funda me quedé sin habla. Era un vestido azul noche con el escote en uve cruzado, llevaba un lazo un tono un poco más claro que se ajustaba a la cintura. Era vaporoso y me llegaba a las rodillas. Era perfecto y comprobé que me sentaba genial cuando las chicas me ayudaron a ponérmelo.
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La Noche que cambió mi vida (Finalizada)
RomanceLos personajes le pertenecen a S. Meyer. La historia es de mi autoría y está registrada bajo derechos de autor, la copia y/o distribución de la misma sin mi permiso se consideraría plagio. Código de la historia 1203291387693 Bella es una chica tímid...