CAPÍTULO 7—. ACSENSORES.
Cuando finalmente mis lágrimas se hubieron detenido, me alejé de Nickolas pensando por primera vez que prácticamente le había suplicado que me abrazara, pero ahuyenté el pensamiento meneando la cabeza. Limpié mis lágrimas disimuladamente para seguidamente sonreírle y ajusté mis lentes.
—¿Estás bien? —preguntó quitándome los lentes con tal delicadeza que me sorprendió y limpió los restos de lágrimas en mi rostro para seguidamente volver a poner los lentes en mi rostro—. ¿Sabes? La verdad nunca he entendido que debo hacer en esta clase de situaciones, pero desde hoy entiendo que un abrazo es... ¿Bueno?
Tenía la sensación de que nadie en realidad sabía qué hacer con certeza en esta clase de situaciones. Aquello me hizo sonreír y parecí contagiarle la sonrisa a Nickolas también. Me encantaba su sonrisa cuando era sincera y así de cálida, podía observarle por horas y no me aburriría. Entonces bajó la mirada a su camisa e hizo una mueca.
—Que asco, Roxana. Mi camiseta está húmeda y llena de mocos —se quejó haciéndome fruncir el ceño con desagrado.
—Ya decía yo que estabas siendo muy agradable —declaré observando en otra dirección.
Contuve la respiración en cuanto sentí su cabeza ubicarse en el hueco entre mi cuello. Me sobresalté con sorpresa e inhalé para recuperar el aire y su olor acarició mis fosas nasales. Nickolas por su parte, inició a olfatear mi cuello causándome cosquillas con su nariz.
—Hueles bien —confesó aún desde mi cuello, provocando que sus labios rozaran la piel desnuda de este.
Deseaba empujarlo y ordenarle que se detuviera de una vez por todas, sin embargo, me encontraba muy atónita como para realizar un movimiento. El pasillo se había vaciado totalmente hace alrededor de diez minutos, así que no tenía problema con el que nos vieran de ese modo. Entonces, al igual que él, ubiqué mi cabeza en su hombro percibiendo su olor al instante.
Nickolas tenía un vago hedor como el del... ¿Chocolate? Me adentré más en su nuca aspirando su olor, Nickolas pareció sorprendido con el contacto pero no me detuvo. ¿Un chico que huele a chocolate?... Definitivamente es raro... ¿No suelen ser las chicas las que huelen a chocolate?
—¿Qué estás haciendo, Roxana? —interrogó con tono de diversión, haciéndome cosquillas con su respiración en el cuello.
Pero ignoré totalmente su pregunta.
—¿Por qué hueles a chica? —reclamé alejándome de él provocando que levantara su cabeza de mi cuello.
Lo pensó por un momento y luego pareció entender.
—No eres la única chica que he abrazado en el día —soltó haciéndome rodar los ojos. Lo empujé con mis manos en su pecho y caminé en otra dirección. Por más que odiara admitirlo, su respuesta me había causado un grado muy alto de fastidio y otro de enojo—. ¿Qué? —preguntó sin poder entender mi repentino cambio de humor.
Me dirigí a la biblioteca ignorando su comentario. Intentaba no pensar demasiado en porque me enojaba su respuesta. Él no podía simplemente ir por ahí ligando con chicas, se suponía que ahora estábamos comprometidos por ridículo que sonara o por ridículo que fuera. Me molestaba que fuera tan despreocupado sobre el tema y fuese por ahí sin tomarme en serio. Ciertamente intentar algo con él era un caso perdido, después de todo, las personas no cambian de un día para otro tan fácilmente...
Cuando finalizaron las clases hice el camino hasta a casa sin espera por Danica y mucho menos por Trobolt. Hogar es donde está el corazón, no necesariamente una casa, así que estaba yendo camino a casa, aquella que estaba repleta de recuerdos irremplazables con mi familia. No llamaría "casa", a una que no siento como tal.

ESTÁS LEYENDO
Un compromiso arreglado por el gobierno.
RomanceEn un periodo de tiempo futuro no identificado, el rechazo ha sido rechazado. Las personas están cansadas de pasar su vida buscando a su "su alma gemela", encontrándose con "amores no correspondidos" y una gran decepción con ello. Debido a esto, e...