CAPÍTULO 33.— NICKOLAS TROBOLT.Las vacaciones de verano se hallaban a punto de finalizar, por mi parte tenía cientos de trabajos y tareas que entregar en cuanto entraramos y aún me faltaba terminar una, esto principalmente se debía al detalle de que Brian y Danica estuvieron invitándome a salidas innecesarias todo el verano y yo simplemente terminaba aceptado ya que me aburría de tanta tarea.
A una de las salidas se les dio por invitar a nada más y nada menos que Alex, lo cual fue suficiente motivo como para que no me la pasaste bien gracias a que no se detuvo ni en un momento de fastidiarme, lo que hizo que tuviese que soportarle todo el tiempo. Incluso terminamos entrando a una tienda de lencería los cuatro ya que Danica necesitaba algo que no me quiso especificar, y mientras ella y Brian observaban ropa interior como si fuese una cosa verdaderamente importante, Alex me fastidiaba diciéndome lo que se me vería bien y lo que no. Al final Nickolas terminó viniendo debido a que se enteró por algún medio de que Alex estaba con nosotros.
Y bueno, por “las vacaciones de verano están a punto de terminar”... Me refiería a que las clases iniciaban al día siguiente.
—Mierda. ¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda! —bramó Nickolas corriendo de lado a lado por todo el departamento.
Se encontraba rebuscando alguna cosa que para mí era desconocida en el sofá y terminó lanzando los cojines en distintas direcciones. Lo observé confusa. Me deshice de mis lentes depositándolos sobre el comedor, levanté una ceja y suspiré mientras notaba el desastre que Nickolas estaba creando.
—¿Qué tienes? —cuestioné dejando mi lápiz sobre la mesa.
No parecieron importarle demasiado mis palabras y siguió lanzando cosas al azar buscando algun objeto en específico desesperadamente. Se detuvo un momento y se asomó bajo el sofá, pero en cuanto comprobó que no había nada gimió frustrado.
—¿Qué buscas? —pregunté comenzando a perder la paciencia gracias a su actitud.
—¡Mis lentes! —gritó sin parar de rebuscar un segundo.
—¿Lentes? —inquirí aún más confusa—. ¿No crees que es un lugar muy pequeño para buscarlos ahí? —comenté en cuanto lo noté buscar en sus bolsillos.
—Hablo de lentillas, Roxana.
Inmediatamente todo cobró sentido.
—¿¡Usas lentillas!? —chillé en cuanto al fin comprendí—. He vivido contigo por siete meses y ¿no me habías mencionado que usabas lentes!?
Nickolas no se detuvo en buscarlas y continuó la acción mientras seguía hablando conmigo.
—No había necesidad de mencionarlo.
—¡Oh, claro que si había necesidad de mencionarlo! —protesté frunciendo el ceño a pesar de que él no pudiera verme—. ¿Hay algo mal con tu vista? ¿o tu color natural de ojos no es verde? ¿resultará que tu rubio también es teñido?
—¿Por quién me tomas? —habló deteniéndose al instante—. Soy rubio natural. Además de eso mi vista está bastante mal. No sabría decir si lo que veo son tus ojos o tu nariz.
—Exageras.
—Nop, créeme.
—Ven aquí —dije haciendo un ademán con mi mano—, quiero ver tus ojos sin lentillas.
—Mis ojos son verdes, Roxana, ¿si? Y soy rubio natural. No tendría necesidad de teñirme si no lo fuera, cualquier color me quedaría perfecto.
—Ajá —declaré sarcástica—. Sólo ven, quiero ver tus ojos.
Nickolas suspiró agotado, caminó en mi dirección y se detuvo hasta quedar frente a mí. Sujeté su mentón y observé sus ojos, en realidad las lentillas hacían que su color se notara más opaco ya que sus ojos tenían un tono perfecto. Su brillo natural los hacía verse más fantásticos. Realmente ese estúpido egocéntrico tenía un físico grandioso.
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Un compromiso arreglado por el gobierno.
RomansaEn un periodo de tiempo futuro no identificado, el rechazo ha sido rechazado. Las personas están cansadas de pasar su vida buscando a su "su alma gemela", encontrándose con "amores no correspondidos" y una gran decepción con ello. Debido a esto, e...