Capítulo 24.

22.1K 1.4K 199
                                    

CAPÍTULO 24.
ME GUSTAS.

Verano.

La peor estación de todas, en mi opinión, a excepción de las vacaciones de verano. Estábamos a 36 grados centígrados y yo me estaba fundiendo en mi asiento, el calor era tan desesperante que de las ventanas se podía notar el vapor y gracias a que el aire acondicionado se había averiado, habíamos llegado a tal punto que cinco ventiladores no eran suficiente.

—¡Ah! —protesté—, Danica, a ¿cuántos grados más estamos? —inquirí agitando mi camisa en busca de la más grande cantidad de aire que pudiera tomar.

—39 ahora, Roxana.

Me encogí de hombros y gemí frustrada arrastrando sin mucho entusiasmo de la enorme maleta que llevaba como equipaje. Nos encontrábamos de camino a una isla debido a una excursión de la escuela, al inicio no tenía la intención de venir con todos pero Nickolas terminó insistiendo tanto en que iba a pagar la cuota de Danica y Brian junto a la mía si iba con él. Sin más opción, finalicé el tema aceptando, no podía soportar un segundo más la insistencia de la pelirroja y su novio, acompañada con la del rubio. Solo tendría que soportar dos noches, quizá estaba exagerando y todo se hallaba bien.

O quizá era eso lo que quería hacerme creer a mí misma.

Danica se encontraba capturando en fotos cada pequeño detalle que llamaba su atención y por el momento solo nos hallábamos frente a la escuela esperando por subir al autobús mientras el director repasaba cuidadosamente los nombres de cada uno de nosotros en una lista. Aparentemente yo era la menos emocionada de todos, lo más probable es que esto se deba al detalle de que inicialmente no quería venir y decir que había venido por la insistencias de mis queridísimos amigos en realidad se trataba de un eufemismo.

Me había rendido ante la idea de imaginar a un Nickolas solo, sin mi compañía en una isla veraniega, ubicado en la suite​ de un hotel, acompañado de una playa con millones de chicas en trajes de baño. Recalco: solo. No era la mejor opción incluso sin pensarlo demasiado, así que terminé aceptando, sin embargo, a pesar de que fue él mismo quien se había tomado la molestia de invitarme y ofreció pagar todos mis gastos, se hallaba apartado de mi lado y siquiera se había molestado en mirarme. ¿Acaso esto era una broma? ¿Para qué me había invitado sí iba a pasar de mí como si fuese una mugre en la suela de su zapato? No comprendo a ese chico en absoluto, incluso cuando el director anunció por primera vez que tomaran una pareja para subir al autobús, ni siquiera me consideró en su lista, sus ojos nunca se enfocaron en mi dirección, por el contrario, pasó por mi costado sin siquiera notar mi presencia. Incluso después de decir que "me deseaba", parece evitarme.

Que irritante.

—¿Roxana, qué tienes? —preguntó Brian observándome confuso. Instantáneamente Danica detuvo su tarea de tomar fotos al azar y me contempló inquisitivamente esperando por una respuesta concreta.

—Mal humor desde el nacimiento. Así que no deben preocuparse demasiado por mí, la mayor parte del tiempo soy así —respondí sin mucho entusiasmo.

—Tiene sentido, pero no eres mal humorada sin razón —repuso la pelirroja—. Así que deja el misterio y dinos cuál es la razón a tu irracional enojo. ¿Acaso se trata de una capa de celos oculta?... Ya sabes, lo digo porque todo el tiempo has estado distraída mirándole y él parece no haberte devuelto ni una sola mirada.

—Oh, vaya. Es un muy buen punto —declaró Brian con un asentimiento.

—¿Cómo sabes eso? —pregunté en mi defensa—. Todo el tiempo parecías tan distraída tomando fotos y ahora me dices que notaste eso. ¿¡Tienes un ojo en la nuca!?

Un compromiso arreglado por el gobierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora