Capítulo 41.

22.1K 1.2K 394
                                    

CAPÍTULO 41.— NECESITABA VERTE.

No recordaba la última vez que había tocado a Nickolas ni como me había sentido respecto a su toque. Vale, solo estoy exagerando ciertamente, jamás podría olvidar el como me hacía sentir ese rubio idiota, evidentemente recordaba que aquella última vez había sido justo después de cortar mi cabello. Su caricia era tan suave y tan placentera como una brisa veraniega, necesitaba verlo, necesitaba oírlo, necesitaba sentirlo... Desde entonces nadie había vuelto a ver a Nickolas y muchos rumores se propagaban en los pasillos mediante su repentina desaparición, no había vuelto a la escuela puesto que ni siquiera en las clases se le veía. Su presencia se había extinguido como el aire y ello verdaderamente me causaba temor.

¿Qué había sucedido?

La verdad no me importaba saberlo, o eso era lo que deseaba creer. Despertarme cada mañana dolía más que la anterior, despertar para finalizar notando las cortinas beige de mi habitación y las sábanas rosa pálido de mi cama junto con la colcha blanca, no percibir su aroma natural ni encontrar sus verdes contemplarme de esa manera. Claramente estaba feliz de tener a mi familia y volver a compartir mi día a día con ellos, sin embargo, ver las emociones que compartían papá y mamá y el entusiasmo que tenían Suzane y Tyler con respecto a su boda era una razón agregada a disminuir mi ánimo.

Independientemente de todo lo dicho anteriormente, un día bastante común junto con Danica cruzamos de casualidad por la enfermería, escuchando curiosamente la voz de Nickolas y Brando compartiendo una charla. En otra ocasión hubiese actuado con total normalidad, no obstante, el rubio había desaparecido de la nada y justo ahora de repente hacia acto de presencia. Ninguna de las dos logró mantenerse al margen y terminamos clavando nuestra oreja a la puerta esperando captar alguna palabra de la conversación.

No lo sé. —Suspiró Nickolas exhalando una gran cantidad de aire. Sentí un escalofrío—. No lo sé, esto ya... Me tiene harto. Creo que terminaré rindiéndome, ya sabes lo que dicen. Si no puedes con el enemigo un...

En ese instante se escuchó un golpe fuerte seguido por un silencio penetrante y temí que abriesen la puerta.

No te atrevas a terminar es frase. —Esta vez fue la voz de Brando.

¡Lo lamento! ¿¡Sí!? ¡Lo lamento, Brando! Pero no puedo esperar a que sucede algo irreal. ¡No va a suceder!

Otro escalofrío.

¡Exacto, idiota! ¡Eso es justo lo que no debes hacer! ¡No debes esperar por algo irreal! ¡Tú tienes que hacer que suceda esa cosa irreal, joder, porqué no va a ocurrir sola!

Abrí mi boca con sorpresa ante las palabras de Brando.

Pero...

¡Pero ni un demonio, Nickolas! ¿No crees que merece la pena luchar por la chica que amas? —interrumpió observándole con una sonrisa.

En realidad iba a decir “pero no te enamores de ella” —concluyó añadiéndole tono de burla.

Brando bufó.

Querido, ella no es mi tipo —respondió sonriendo con total seguridad.

—“Querido”, yo decía lo mismo y terminé enamorándome de ella —añadió con ironía haciéndome sonreír.

No va a suceder.

¿Cómo estás tan seguro?

Eso es porque yo le entregué mi corazón a una sola mujer —contestó sonriendo con melancolía.

Un compromiso arreglado por el gobierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora