Un compromiso arreglado por el gobierno.

Capítulo 8.

CAPÍTULO 8—. NI IDEA.

Mi sueño fue perturbado gracias a la escandalosa melodía del despertador. Gemí frustrada y aún con los ojos cerrados tanteé sobre el escritorio intentando dar con mi celular para seguidamente apagar el bullicio que resonaba en mi cabeza. Me levanté perezosamente, bostezando repetidas veces antes de depositar por fin los pies en el suelo.

Había dormido como un bebe, el sofá se sentía excesivamente cómodo ante el tacto y eso había causado que durmiese como nunca lo había logrado. Caminé sin mucho entusiasmo hacia el cuarto de baño para lavarme el rostro y cepillar mis dientes, sin embargo, cuando sujeté el pomo entre mis manos girándolo para abrir, me encontré con un cuerpo masculino semidesnudo del otro lado. Sólo llevaba pantalones que dejaban observar ligeramente el borde de la ropa interior, su abdomen se encontraba desnudo dejando a la vista lo trabajado que estaba al igual que sus brazos.

—¿Qué? —reclamó observándome fijamente. Cerré los ojos y negué con la cabeza para seguidamente dirigir la mirada a sus grises—. ¿Vas a quedarte ahí sin hacer nada?

—Esto... —vacilé sin saber muy bien qué responder—... Yo...

—¡Deja de ligar con Roxana! —protestó Nickolas, de repente apareciendo en la escena y sacándome de la situación incómoda que se había creado.

—No estaba ligando con ella —confesó Brando haciéndome suspirar de alivio—. Ella era la que me observaba como si quisiera tragarme con los ojos. Sabe dónde hay un buen hombre cuando lo ve.

Rodé los ojos.

Repentinamente Nickolas jaló de mi muñeca y me sujetó apretándome en un abrazo. Él movimiento veloz me tomó por sorpresa haciendo que me fuese imposible reaccionar y me quedé helada al sentir su piel desnuda contra la mía. Como de costumbre Nickolas no llevaba una playera cubriendo su abdomen, lo que lo dejaba al descubierto en su totalidad dejándome observar lo bien formado que estaba su cuerpo.

¡Céntrate, Roxana!

—¡Ella es mía, Brando! ¡Me pertenece! —exclamó causando que dirigiera mi mirada hacia él hundiendo el entrecejo—. Así que no te atrevas a tocarla o mirarla de manera lasciva. No está disponible.

—Vaya, vaya —pronunció simplemente.

En cuanto terminaron su conversación, intenté forcejar para deshacerme del agarre de Nickolas, sin embargo, sus brazos me aprisionaban impidiéndome el escape, haciendo que la idea de huir fuese casi imposible. En uno de los forcejeos y movimientos bruscos, mi mano resbaló en su pecho causando que diera justo en... Su miembro... No había sido mi intención, pero Brando había sido testigo del movimiento y ahora sonreía con evidente diversión.

—Tiempo fuera —exclamó Nickolas alejándose al instante—. Tengo que ir al baño...

Entonces Brando soltó una carcajada que no comprendí y Nickolas gruñó como respuesta a ello. Yo por mi parte, simplemente suspiré de alivio, debido a que gracias a eso, el chico problema finalmente me había dejado tranquila.

—¿Qué sucedió con él? ¿Por qué tan repentino cambio? —pregunté a nadie en específico, no esperaba que realmente me respondiera.

—Roxana —llamó Brando causando que lo mirara.

—¿Hm? —pregunté desviando la mirada instantáneamente debido a que me topé con su abdomen desnudo. Alguien debía proporcionarles camisetas a estos hombres.

—No conoces las necesidades de un hombre —desató mientras apretaba los labios para contener una carcajada.

—¿A que te refieres? —reclamé volviendo a observarle. El simplemente respondió agitando su puño de arriba abajo pero yo seguía sin comprender—. ¿Qué? —añadí obteniendo como respuesta una risa escandalosa de su parte.