16

3.5K 372 6
                                    

Cuando dejaste de llorar te limpiaste en silencio las lágrimas, con la cabeza gacha y fingiendo que nada había pasado.

—No deberías llorar por alguien que no te valora —comenté sereno, tratando de simular que la situación de tenerte en mis brazos jamás pasó.

—Tú ¿qué sabes? —espetaste con amargura, en un hilo de voz.

—Es obvio que terminaste con tu novio. Sé cuándo una mujer está así por un hombre.

—¿Acaso eres Cupido? —inquiriste con reproche. Levantaste el rostro y pude ver tu cara irritada por las lágrimas, con tus ojos empañados.

—No. Tengo una madre y una hermana que sufren también de amores —respondí. Volví a lo mío, tomando mis cuadernos de apuntes.

Mientras lo hacía, te escuché tararear la canción que componía. Te volví a ver encontrándote con mis partituras en la mano.

El último adiós ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora