Epílogo

5.6K 483 97
                                    

Elena

Sebastian murió un tres de marzo luego de estar una semana en la UCI del hospital, luchado por su vida.

Han pasado tres años, luego de que partió. Fue difícil empezar de nuevo, pero hice una promesa y la estoy cumpliendo.

Luego de que murió, me fue difícil adaptarme a un mundo sin él. Fueron cinco años juntos, los mejores de todos. Risas, recuerdos, canciones y besos robados, los que extraño cada mañana que despierto.

Aprendí muchas cosas de él, como tocar la guitarra y cantar aquella canción que una vez me dedicó, aunque nunca me lo dijo pero yo lo supe porque yo fui la que se la tarareó una vez cuando estudiábamos.

A veces lloro, es inevitable, pero aun así trato de ser fuerte por él, por nuestro hijo.

Lamento no haberle dicho nada, apuesto que sería el hombre más feliz del mundo con esa noticia. Se fue pero me dejó el mejor regalo de todos, un pequeño que me desvela en las noches, me roba las sonrisas y el aliento cada que ríe.

—Ahora estoy aquí con él, Sebastian, y tú mi Sebas, quiero que conozcas a tu papá.

Mi hijo coloca unas flores al pie de la lápida de su padre. Se acerca de nuevo a mí para que lo alce, notando como sus ojos cafés, como los tuyos, me sacan otro de tantos suspiros. Se acurruca en mis brazos, cae rendido.

—Gracias por darme este regalo, gracias por todo... Este no es el último adiós... Algún día nos volveremos a ver... Te amo, Sebastian...

El último adiós ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora