32

3K 340 5
                                    

Bajé del escenario pensando que eran ilusiones mías, que me estabas volviendo loco con tu orgullosa presencia y pretenciosa mirada.

Recibí mi paga y me felicitaron los organizadores; fui al que más aplaudieron según dijeron ellos, aunque no lo creí.

Empaqué mi guitarra en mi estuche y me fui de ese lugar, esperando que el sueño lavara mis penurias, pero fuiste tú, en el umbral de la puerta del bar que me atormentó más, tu silueta intacta, vestida aun con ese traje blanco y una chaqueta beis que te sentaba bien.

Estabas esperando a alguien; esperabas por mí.

El último adiós ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora