19

3.4K 363 4
                                    

La semana siguiente no fuiste a estudiar, era comprensible.

Y esa semana me hizo falta verte, ¿por qué?; porque era extraño no verte peleando conmigo cuando hacía algo mal en el reporte que hacíamos, ya que nos reuníamos casi todos los días. Fue raro ver el espacio vacío de tu asiento y aunque sonara masoquista de mi parte, extrañaba escuchar tus regaños.

Mi mente trataba de restarle importancia. ¿Cómo podía fijarme en alguien como tú?, eras tan mimada, tan perfeccionista, además de que no eras mi tipo de mujer. Me gustaban las mujeres como yo, de pelo negro y largo, adictas al rock y obviamente hermosas, pero tú eras lo contrario, de cabello ondulado caoba, vestida como ejecutiva y toda estirada.

Debía negarme a ti, jamás en un futuro lejano serías igual a mí, ni mucho menos yo cambiaría por ti.

¡Qué imbécil!, ahora mírame, con cabello corto y traje ejecutivo.

El último adiós ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora