Química Perfecta {Larry Stylinson} [M-PREG]

❁Capítulo 5

                  

DEDICADO A: @valentinaforonda (porque, ¡qué dulce!, me escribió preocupada por QP<3, ¡ESPERO QUE NO HAYAN OLVIDADO LA NOVELA JEJE!)

El fuerte y familiar olor a perfume me despertó a la mañana siguiente.

Mi vista estaba algo nublada. Según la cantidad de luz que había en la habitación, podía deducir que eran como las 8 de la mañana. No tardé en percibir el movimiento de un cuerpo. Me senté de inmediato como indio en la cama y vi a Zayn terminándose de arreglar para ir al trabajo.

Por alguna extraña razón él parecía no notarme o probablemente me estaba ignorando. Fruncí el ceño, esperando a que me saludara de la manera dulce como siempre lo hace, pero estaba concentrado en el espejo.

—¿Buenos días? —decidí hablar yo. Zayn giró su cabeza y me miró de manera seria, sin embargo no respondió—. Espero una respuesta antes de que te vayas —me levanté de la cama para ir al baño, pero me detuve al escuchar su voz.

—¿Quién te trajo anoche? —preguntó y cerré los ojos. Sabía que esto tendría consecuencias.

Me volteé y lo miré sin saber qué decir. Me las arreglé mentalmente para responder, pero tenía miedo de hacerlo enfadar.

—Yo-yo, bueno Louis. Él me trajo hasta aquí, espero que-

—¿Louis? —arqueó una ceja. Lo pude notar porque vi el espejo. Él se miraba en el espejo todavía y yo seguía cada movimiento en su expresión facial. ¿Estaría enfadado?

—El científico —susurré.

—¿Por qué? —tragué duro ante su pregunta. Zayn me intimidaba de una manera que hasta mis huesos temían.

—Tenía que dejar a Edward, y pues, él me hizo el favor y me trajo a mi casa. ¿Estás molesto conmigo? —bajé la mirada, mis ojos viendo hacia sus carísimos zapatos.

—No debiste haber hecho eso —a pesar de que yo no lo veía, por sus pies pude notar que estaba mirándome por fin. Yo no quería verlo enojado, así que ni me inmuté en alzar la mirada—. No tienes la necesidad de que NADIE te lleve a ningún lado. Para eso estoy yo, ¿cierto? Por algo no tienes carro, porque estoy yo. No tienes trabajo, porque estoy yo. Básicamente vives porque estoy yo y no necesitas a nadie más, ¿o me equivoco?

—No, Zayn, estás en lo correcto —afirmé, sintiéndome vulnerable.

—Mi amor, no estoy enojado contigo, ¿bien? Pero no quiero que vuelva a ocurrir. Yo no te di permiso para que fueras con él. Te amo, y eres mío —sentí una mano suya tocar mi barbilla. Poco a poco alzaba mi mirada hasta finalmente conectar con la suya—. Vamos, cámbiame esa mirada triste. Regálame una sonrisa.

Sonreí. No sé si falsamente o qué, pero me sentía alegre de que Zayn no estuviese enojado conmigo.

—Te amo —dije para asegurarme de que no se enojara más.

—Hmm, me encantas tú, tu sonrisa y esas palabras que provienen de esos deliciosos labios —Zayn tomó mis labios con los suyos desprevenidamente y comenzó a besarme apasionadamente.

Yo seguí el beso, y por la manera en la que insertaba su lengua delicadamente en mí y acariciaba su dedo pulgar con mi mejilla, deduje que ya no estaba molesto y me alegraba por eso.

Me gustaba el Zayn tierno, no el enfadado. El Zayn enfadado era muy posesivo y me hacía sentir miserable, pero con sus besos me hacía olvidar esos aspectos negativos de él.