❁Capítulo 32

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—Sólo sé que llegué muy tarde a la casa y Harry estaba ahí, en un rincón de la sala, aterrorizado, pidiendo ayuda y rogando a que Justin no le hiciera daño. Por supuesto que me preocupé, pues no quería que ese maldito nos hiciera daño. Harry juraba que estaba en la misma habitación en la que estábamos nosotros, pero al final descubrí que era un simple sueño o alucinación.

En lo más profundo de mi subconsciente podía escuchar a Louis hablar. No escuchaba muy claramente lo que decía, o por qué, pero sabía que era de mí. Me moví un poco de la cama y abrí los ojos, siendo mis ojos perturbados por la luz del sol que se reflejaba a través de la ventana.

Vi a Louis decir algo rápido que no pude entender y luego guardó su celular en su bolsillo. No sabía que hablaba por teléfono.

—Harry, amor, has despertado —Louis se me acercó con una mirada encantadora y una sonrisa cálida. Me hizo sentir mejor por alguna razón y quise abrazarlo, pero no podía porque una capa de dudas me rodeaba.

—¿Con quién hablabas? —pregunté tranquilamente y la sonrisa de Louis se debilitó.

—Nadie importante, amor. ¿Te sientes bien? —evadió mi pregunta y yo quería saber por qué. No me sentía con ánimos de presionarlo, así que dejé pasar el tema.

—Bien, creo —me incorporé en la cama y me hice a un lado, dejando un espacio para que Louis se sentara a mi lado. Éste lo hizo y a continuación tomó mis manos con las suyas. De alguna manera, este gesto me transmitía energía positiva que, con su presencia y la de su amor, hacían que mi corazón se mantuviera latiendo—. ¿Ha pasado algo?

—¿Tú no recuerdas nada? —Louis canturreó un poco y me concentré un poco en la noche pasada. La verdad me sentía algo extraño y Louis parecía inquieto, por lo tanto sabía que algo había pasado.

—No. Sólo me siento exhausto... Creo que tuve una pesadilla. No te vi llegar anoche. ¿Te fue bien? —pregunté a Louis, escaneándole de pie a cabeza por si tenía algún rasguño; también estudiaba sus gestos y movimientos por si se sentía herido.

Louis entreabrió sus labios, pero las palabras no salieron. Él no me miraba a los ojos, lo cual me preocupaba. Mi corazón latía muy lentamente, pues me sentía preocupadísimo por Liam. No lloré ni dije nada porque tampoco me precipitaría, aunque la negatividad que transmitía cada gesto de Louis me decía mucho.

—¿Quieres desayunar? Debes estar hambriento. —Louis cambió el tema nuevamente. Suspiré. La verdad que no me había dado cuenta de que sí estaba muerto de hambre.

Asentí, pero no lo interrogaría después.

Louis me ayudó a pararme de la cama. Me dolía mucho todavía, pero tenía que aprender a manejarlo. Con Louis tomándome del brazo y yo apoyándome sobre él, pudimos salir de aquella habitación. Louis no me llevó a la mesa. Me extrañé y estaba apunto de decir algo al notar que me estaba comenzando a sacar de la casa.

El sol, después de todo, no estaba tan mal. Sentir su calidez me hacía sentir un poco mejor, pues me sentía como ave enjaulada estando en aquella habitación. En el jardín noté que había un mantel sobre la hierba junto a comida sobre ella. El mantel era grande, con suficiente espacio para que se sentaran personas a hacer un gran picnic.

—Por aquí, mi príncipe —Louis dijo con voz muy servicial y no pude evitar soltar una carcajada.

Cuidadosamente, Louis me sentó en el suelo. Era inevitable el dolor, pero yo sólo me concentraba en tan hermoso detalle que Louis había preparado. Me senté en forma de indio y observé toda la comida. Todo se veía delicioso. Pronto, Louis se sentó al frente de mí y me sonrió.

Química Perfecta {Larry Stylinson} [M-PREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora