Química Perfecta {Larry Stylinson} [M-PREG]

❁Capítulo 12

Narra Liam

—¡Despierta, bello durmiente! —me desperté con el cuerpo de mi novia encima mío, jugando con mi cabello y repartiéndome besitos por todo mi rostro.

Parpadeé varias veces y me di cuenta dónde estaba. No tardé en acostumbrarme... y en recordar lo que hace un par de horas había ocurrido.

—¿Qué hora es? —fue lo primero que pregunté.

—No me vas a creer. Son las 12 del mediodía. Pero te he dejado dormir porque sé que el viaje te tiene así de cansado —ella sonrió, tan dulce como siempre.

—Oh —me levanté, quedando sentado en la cama, sin decir nada.

—¿Estás bien? ¿tienes hambre? —preguntó y yo asentí—. Bien, ya regreso con el desayuno, está listo para servir.

Quedé solo en la habitación, y me cubrí el rostro con las manos. Probablemente había sido una pesadilla lo que había ocurrido. Tal vez debía de dejar de atormentarme por aquello. Era imposible, considerando que me recordaba a malos momentos del pasado...

—Hotcakes de blueberry con tocino, tus favoritos —la voz de mi novia interrumpió mis pensamientos. La vi llegar con un plato en mano. La comida se veía exquisita. Ella era muy buena conmigo para ser verdad.

—Gracias, Lottie —sonreí. Ella me devolvió el gesto. Lottie cargaba su pelo rubio atado con una gomita. Sus ojos grises se veían hermosos, como siempre. Ella estaba muy feliz de tenerme aquí con ella y no lo disimulaba.

—¿Y entonces? ¿Has visto a mi hermano? —agregó algo incómoda. Yo asentí.

—Sí, la verdad no tratamos mucho, pero estuvo interesante todo. Es un hombre muy inteligente —dije mientras le daba un mordisco a mi hotcake.

Ella suspiró.

—Lo extraño. Extraño a mi familia. Hubiera querido ir contigo —me acarició la oreja—, pero si las cosas no estuvieran tan mal.

Dejé de comer un momento para consolar a mi novia.

—Lottie, algún día vas a tener que dejar todo atrás y comenzar otra vez. Eso cuenta volver a ver a tu familia —dije suavemente—. Te dejarás de sentir mal cuando soluciones todo con ellos.

Lottie era hermana de Louis.  Ella tiene 20, pero abandonó su hogar cuando tenía 17, pues quería seguir sus sueños de ser estilista profesional, sin embargo nadie la apoyaba en su familia. Así que decidió viajar de Inglaterra a los Estados Unidos, con ayuda de una amiga, y aplicó y ganó una beca a los 18 en la Universidad de Washington, a la misma que asisto yo y donde nos conocimos hace un año, cuando ambos teníamos 19.

—Lo sé, Liam. El hecho de que estuviste muy cerca de mi hermano me da envidia. Quisiera poder también estarlo, así como en los viejos tiempos.

La abracé y le prometí que todo estaría bien.

—Me bañaré para salir a comprar el almuerzo, ¿vale? Termina tus tareas para mañana —besé su frente y ella asintió.

Tomé una ducha fría e intenté olvidar la imagen de aquel moreno árabe de mi cabeza. Cuando salí, me vestí y luego fui a mi auto. Noté que éste estaba impregnado en la fragancia de él. No podía evitar obsesionarme con aquel olor que no podía dejar de aspirar.