❁Capítulo 27

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Sentí unos terribles dolores en el estómago. Intenté tocar mi pansa, pero mis manos no podían moverse, y luego noté que mi cuerpo mucho menos. Miré hacia ambas de mis manos y estaban sujetas con soga atrás de la silla en la que estaba sentado, al igual que mis piernas a las patas de la silla.

Solté un jadeo y miré hacia todos lados. Estaba oscuro, no podía ver absolutamente nada. Sólo podía notar la luz de la luna desde la ventana, pero sólo eso; sólo con esa fuente de luz me pude dar cuenta que estaba en la habitación en la que me había despertado esta mañana.

Intenté abrir la boca, pero era imposible: tenía un pedazo de papel adhesivo en mis labios. Transmitía sonidos raros cada vez que intentaba gritar.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Ni siquiera podía mover mis dedos. Me sentía débil, pues no había comido en todo el día. Mi estómago sufría, por lo que significaba que mi bebé también. Hacía mucha calor. Mi pelo estaba suelto y húmedo. La ventana estaba cerrada, pero no tenía las cortinas.

Noté que el pomo de la puerta giró y después se abrió. Justin entró y ahora derramaba lágrimas de rabia. Él me miró como si nada, hasta se notaba preocupado. Quería escupirle la cara otra vez, quería patearlo, quería mandarlo a la mierda pero toda esa rabia la tenía contenida y no la podía manifestar.

—Feliz Navidad. Veo que has despertado —comentó Justin mientras encendía la luz, la cual era muy pobre, y se acercaba a mí. Lo miré con el ceño muy fruncido, mis ojos transmitiéndole el odio que le sentía—. Bueno, veo que tampoco puedes hablar —hizo una risa burlona—, pero asumo que estás bien y eso me alegra.

Justin comenzó a caminar de un lado a otro, pensando qué hacer conmigo. Traté de hablar, pero no se me entendía nada. Me moví bruscamente de la silla, pero no conseguía llamar suficientemente su atención.

—¿Quieres hablarme? ¿Qué me quieres decir? Acuérdate que te estoy cortejando, ¿si te quito el papel adhesivo, no te pondrás rudo? —me preguntó amablemente y yo no hice nada. De pronto, Justin se me acercó y me puso la punta de sus dedos donde comenzaba el papel adhesivo—. Esto va a doler —y me lo quitó de un solo. Gemí del dolor y sentí un terrible ardor en el área donde estaba el papel adhesivo. Probablemente hasta se había llevado los pelos de arriba de mis labios—. ¿Mejor?

—¡MALDITO INFELIZ, TE ODIO, PAGARÁS POR ESTO! ¡ERES LA PEOR PORQUERÍA QUE HE CONOCIDO! ¡TE ODIO, TE ODIO CON TODA MI VIDA! —comencé a gritar a todo pulmón. Justin se enojó.

—Te quité el papel adhesivo, ¿y así me pagas? Me parece que estás jugando sucio, bebé —reclamó Justin con mucho enojo.

—Me vale mierda, el único que juega sucio aquí eres tú,¡secuestrando personas que son inocentes como yo! —espeté y él rió.

—¿Inocente? ¿Tú? Harry, amor, cargas una criatura anormal en tu vientre, ¿crees que no lo sé? —mi rostro se palideció al escuchar sus palabras—. Pero no te preocupes. Yo estoy aquí para ayudarte con eso.

—¿Ayudarme? ¡NO VAS A PONERME NINGUNA MANO ENCIMA MALDITO BASTARDO! ¿ME HAS ESCUCHADO? ¡NI A MÍ, NI A MI BEBÉ! —exclamé moviéndome bruscamente de la silla. Justin rodó sus ojos y se me acercó con un pañuelo.

—Yo creo que calladito te ves más bonito —citó un refrán y amarró el pañuelo en mi boca, no permitiéndome hablar nuevamente—. Así está mejor. Ahora escúchame. Te preguntarás por qué estás aquí. Pues... Es complicado. Pero, primero que todo, quiero que sepas, Harry, que no lo hago con malas intenciones. No. Para nada. Es por tu bien. Hago esto porque te quiero. Porque te has convertido en alguien especial para mí y no puedo permitir que te hagan daño. No ningún doctorcito de mierda ni ningún bebé maldito.

Química Perfecta {Larry Stylinson} [M-PREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora