❁Capítulo 21

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DEDICADO A: Dahichy
¡Gracias por siempre comentar! Besooos.

Narra Louis

Setenta y seis días sin Harry. ¿Cuándo habría imaginado una vida así? Jamás pensé que estar lejos de Harry me afectaría tanto. Extrañaba su sonrisa, su timidez, su perversión, sus malos chistes y su ternura. Lo extrañaba todo en él y me preguntaba si me extrañaba a mí.

Quería encontrarlo. Quería verlo y abrazarlo y prometerle que todo estaría bien. Pero probablemente no era cierto. Y es ahí donde también deseo no encontrarlo. Mi abuelo está preocupado, probablemente más que yo por el "fenómeno" que carga Harry dentro de él.

Y aunque quiera o no, Harry tiene que regresar por el bien de ese bebé.

Me lo imagino con una pequeña barriga. Me hace llorar el imaginarme cómo está manejando todo esto. Temo por su vida, no quiero perderlo, pero todo es mi culpa. Sé que Harry me odia, pero eso no me impide que luche por él.

Me miré al espejo y suspiré. Odiaba estas bolsas moradas que habían bajo mis ojos. Mi cabello estaba largo, sucio y despeinado, por lo que cargaba un beanie en la cabeza. Suspiré y finalmente me puse mi abrigo.

Me subí a mi coche y lo puse en marcha. Hoy se veía como un día tranquilo, y no había tráfico. No puse la radio porque siempre había música muy deprimente o muy alegre que me recordaba a Harry.

Intenté recordar las calles tal y como Harry me indicó aquella vez que vinimos a casa de su madre, Gemma y Edward. Me equivoqué dos calles pero al final quedé estacionado en la casa que recordaba perfectamente.

Me estacioné en frente. Nadie se asomó por las ventanas ni nadie notó mi llegada. Tomé el dulce que compré para ellos en mis manos y caminé hasta la puerta, donde toqué el timbre unas dos veces.

Hacía un poco de frío acá afuera, pues estábamos a mediados de noviembre. Esperé pacientemente a que me abrieran la puerta, hasta que finalmente fui recibido.

—¿Louis? —Gemma me vio con los ojos muy abiertos.

—Hola, Gemma —sonreí con una pizca de tristeza. Ella se veía realmente sorprendida de verme.

—Ven, pasa. —se hizo a un lado y yo le agradecí en un susurro—. Siéntate acá —me señaló un sofá en la sala de estar.

—Te traje esto —le extendí el dulce y ella sonrió.

—¡Gracias! Chocolate, el preferido de Eddie —comentó—. ¡Eddie, mira hay dulce de chocolate! —gritó y luego me miró—. Vendrá como un rayo; mamá no le gusta que coma mucho chocolate.

A los pocos minutos, el pequeño Edward apareció corriendo como una pequeña pulga hacia nosotros. Miró lo que había en las manos de la rubia y comenzó a saltar y a emocionarse.

—Ya, pero primero saludas a Louis. —me señaló Gemma y Edward se me acercó con mucha vergüenza.

Le regalé una sonrisa y le indiqué que se acercara a mí.

—Hola, Ed.

—Hola, Luí —dijo mirando a sus pequeñas manos, pero yo adoraba ver sus ojos; eran una réplica de los de Harry—. ¿Tú me tajiste dulce de chocolate?

—Sí, es un regalo de mi parte. ¿Te acuerdas de mí? —le pregunté y él asintió con una sonrisa.

—¿Y Haddy? —mencionar su nombre nos rompió el corazón a Gemma y a mí.

Química Perfecta {Larry Stylinson} [M-PREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora