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Dedicado a: @LaBichitoRaro la vida es muy hermosa como para ahogarse en penas {: así que...

/ Capítulo con contenido adulto /

(el smut no es mi fuerte...)





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Quedaba poco, cuatro o cinco metros para llegar a destino, Kellin chapoteaba sin querer en los charcos por el camino mientras era jalado de la mano de Vic quien lo llevaba a un refugio junto al rancho de sus abuelos. Ya era temporada de madrugadas frescas, por lo menos el mayor lo sabía, por costumbre. Teniendo en cuenta que eran pasadas las tres de la mañana era mejor no entrar en esas condiciones, no era como si quisiera que los tatas se le tiraran encima y los padres despertaran tan temprano.

Kellin ya sentía que no podía más, el sueño le estaba consumiendo y cada vez veía más borroso la calle, el pasto, los postes eléctricos y hasta al hombre que le guiaba en frente. De no ser porque le llevaba de la mano hubiera perdido su orientación, lo sabía. Muy pocas veces el bebía, cosa clara por su condición, sin embargo se sentía el líquido desvanecer en su sangre, quedaba tan solo un poco, esto mismo le causaba agotamiento y sueño.

— Vic —le llamó con la lengua casi dormida, volteó a verle sin dejar de caminar, les quedaba poco, solo un poco.

— ¿Qué pacho? —Kellin le hizo señas para detenerse, necesitaba concentrarse para hablar, las neuronas ya no daban para más de dos cosas a la vez. Vic le miró detenidamente con una suave sonrisa.

— Que...que hip...que pare' que tengo arena en los pantaloneh —tanto él como Vic no demoraron mucho en reír de aquello—. En serio, me molesta atrás —con una de sus manos trató de moverse el skinny jeans negro, comprobando que evidentemente llevaba compañía en la ropa interior.

— ¿En serio? —Vic pregunta con la risa en la boca. Kellin asiente varias veces, con una sonrisa amplia. Burlándose de su situación no allá mejor cosa que tener algo que recordar para después.

— Sigamos, después te ayudo —el  menor lo mira dudoso ¿qué habrá querido decir con eso? Evidentemente no tenía la mente en un solo lugar ahora mismo, se le mezclaban los circuitos y le confundía todo, además de que el alcohol le inhibía las neuronas secundarias y poco a poco tenía descargas eléctricas que deseaban volver a la normalidad.

— Me siento sucio —bostezó. Vic entrelazó sus dedos con los de Kellin suavemente aún por el camino a casa—. ¿Dónde nos quedaremos? —Preguntó fregándose el dorso de su mano en los ojos. La casa estaba casi frente suya, aunque eso no era el destino del mayor.

— Al lao' hay una caseta, podríamos quedarnos a... ¡Oh, mira! —Apuntó delante, estaban ya a unos pasos de la casa de madera. Kellin notó las luces apagadas y eso no era de más puesto la hora, pero tampoco estaba el auto con el que habían llegado en el garaje y un papel blanco pegado en la puerta de entrada pretendía ser un Avís importante.

— ¿Qué hueá es eso? —Kellin preguntó y Vic segundos después se ríe—. ¿Qué?

— Nah, que me voy a tener que acostumbrar. Cuando te curai' se te sale lo chileno —fueron hacia las escaleras de la casa, Kellin lo esperó abajo mientras Víctor cómo pudo llegó frente la puerta y quitaba el papel clavado—. La letra de mi vieja —señaló. Kellin subió un escalón apoyándose en el pasamano mirándolo desde su posición. Vic acomodó su gorra y girándose en dirección al menor acerca el trozo de papel para distinguir mejor las letras y juntas una a una—. Dice...eh "cabros nos juimos a la casa de la tía Pancha. No vomiten fuera del baño." Mi mami —Kellin se rió subiendo los escalones restantes. Se preguntó entones por ka existencia del acompañante de la tarde.

Kellic A La Chilena ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora