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— ¿Cuántoh tenemoh?

— Seis lucah menos doscientos. — contesto guardando el dinero del día.

El sol comenzó a calentar cada vez más dentro de esas horas. Cada uno se tiraba aire con las manos pero eso no era suficiente. Ya era la hora del almuerzo, sin embargo no querían gastarse lo recaudado, era mucho mejor si volvían a casa y comían allá.

De camino a casa no pendía, el tiempo e iban cantando lo que les quedaba de camino, juntaban un poco más y luego, para la tarde la otra parte.

Pero esta vez había sido diferente, Vic quería ir sentado mirando por la ventana, necesitaba pensar un par de cosas que se le habían metido a la cabeza, primero como podría acabar los estudios y buscarse una vida más digna, y segundo, él no podía quitarse los ojos claros del chico que se había molestado con él. No sabía si era por el hecho de que estaba trabajando y había arruinado su rutina, o por la intensidad de su mirada, pero inmediatamente quiso deshacer esa idea de su cabeza, era imposible algo así. Fue divagando todo el tiempo mientras pretendía que escuchaba el parloteo de su hermano menor junto a él, ya que si le hacía callar era como pedirle queso al manzano. Aunque Mike en el fondo tenía muchas cosas por resolver, él sentía que Vic lo dejaba mucho de lado, como en estos momentos que le contaba sobre una persona especial que estaba conociendo, pero Vic como estaba en otro mundo, prefirió mezclar todo lo que pensaba y hablarle una ensalada de cosas, sabía perfectamente que Vic al asentir no oía lo que le decía y podía inventarse historias o contarle películas que creaba mentalmente. La gente siempre lo miraba porque él era muy imaginativo, se la pasaba mirando el cielo esperando ver algo fuera de lo normal, pero ya se sabe, nunca veía nada del otro mundo.

— Entonces yo creo que papelucho como que se creó ese mundo de vivir en la era de hielo, porque como que Mickey nunca lo cachaba, debe ser por caperucita roja, esa hueona que se quedo dormida por tan largo pelo que tenía, yo le hubiera afeitado la barba a Mickey, como que le crece hasta por los dedos. — decía y su hermano asentía o decía "ahh si poh" y Mike por dentro le reprendía, pero se divertía porque la gente lo miraba, y él amaba llamar la atención de dónde sea que estuviera —. Pero igual papelucho se va en la volah, como que vivir en la piña bajo del mar le afecto el mate, más aún su abuelo que se fue con su casa y todo, ohh esa hueá fue heavy ¿te acordaih?

— Sí poh. — y como Vic parecía apoyarle, Mike seguía hasta que llegaban a su casa y le decía sus últimas palabras.

— Si mi mamá sabe que embarace a la Jobanca me castra. — y terminaba encerrado en la pieza, aunque poco le duraba su privacidad ya que compartía el dormitorio con su hermano mayor. — ¿Sabíh qué podemoh hacer? — Vic dejó su gorro en el escritorio y se sentó en el camarote de abajo, el que le pertenecía a él, Mike estaba arriba tirado con las manos en la nuca y los pies casi colgando de la cama.

— ¿Qué cosa? — terminó de quitarse las zapatillas y se dejó caer sobre el colchón medio duro de su cama.

— Un cover poh, cómo sabíh y nos va bien en eso.

— Ya ¿Y de quién? — A pesar de que a él no le gustaba mucho, ya que para él era mucho mejor la creación propia, pero en casos de que una canción es famosa, ellos igual podían sacarle un buen provecho.

— Una de Prince Roice o de Romeo Santos poh. — Vic se quedó callado un poco.

— ¿Pero no son lo mismo?

— ¿Cómo tan pajarón, Vito? Obvio que no poh, son dos hombres diferentes...puta que eríh hueón. — se largó a reír entusiasmado.

— Me estay hueando. Siempre pensé que eran la misma persona.

Kellic A La Chilena ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora