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El hogar que Kellin acogía había pasado prontamente al gobierno cuando comenzó a caer por deudas, la cantidad de niños que ingresaban siempre era mayor al que se iba, así que solo bastó con una visita a la casa de Quinn para que lo perdiera todo.

Él por su parte no pareció darle importancia con el tiempo, pero siempre había un cuadro enorme en la sala que le recordaba el pasado junto a los niños y a la pequeña Sofi que tiernamente lo miraba con un caramelo en la mano. Sus pequeños ojitos de diferentes colores era lo que más le gustaba de ella, siempre la recordaba con ternura e inocencia.

Había algo que no podía cambiar de todo esto, la ropa de su closet había sido sustituida por tallas más grandes, holgadas y sin sentido de moda como antes lo era, había cambiado el colchón porque se le hundió prontamente, cambió sillas, compró platos más hondos y ollas más grandes, pero seguía habiendo algo sin poder cambiar, había algo en él que seguía igual y aunque bebiera por las noches no lograba cambiarlo. Los cambios que sufría eran proporcional o peor a lo que comía, Chris trató de ayudar, le llevó a un psicólogo a la casa y aún así rechazó la ayuda, bastó con que le gritara y tirará un par de cosas contra la pared para que el tipo le diera una tarjeta del psiquiatra a Christopher, el cual decidió no llamar, Kellin podría echarlo a él de su vida y en estos momentos era lo que menos quería.

Drew a pesar de insultarlo por los siguientes días y tratarlo siempre de gordo, no desistió en estar a su lado pasara lo que pasara. Entre todos esos problemas había crecido un desprecio por Victor por haber causado tal cambio en Kellin y dejarlo botado como si de un perro se tratara. A pesar de que él sabía que Victor había vuelto al mal camino no le otorgó aquello como una excusa para haber abandonado de tal forma a Kellin.
Lo peor de todo es que días atrás Michael había acudido a Christopher con la intención de reunir a ambos afectados, pero no iba a permitir que Kellin nuevamente tuviera que verlo, era demasiado.

— ¿Y si yo voy a buscarlo? Después de todo lo que hizo por mí...— Christopher lo miró oculto en el pasillo. Kellin llevaba unos días hablando solo en su cuarto por las mañanas y tarde sobre lo mismo; ir a buscarlo— pero él me dejó a mí ¿Cierto? No puedo dejar que me arrodille frente a él —y siempre era lo mismo. Al final terminaba embutiéndose un pote de papas fritas.

— Hola, ya vine —le saludó entrando al cuarto— ¿Vamos al cine? Me acaban de cortar la cita —Aunque no era cierto era una de las únicas formas de convencerle. Sabía que si la invitación era directamente para Kellin, iba a ser rechazada— Es una animada eso si —levantó los hombros, hundiendo la cabeza— ¿Querih? Yo pongo las palomitas.

— Buenoh, pero que sean se las dulces —Kellin sabía que su amigo comía de las saladas, esas que nunca le gustaron.

— Palabra.

El cine estaba un poco vacío, eran cerca de las tres de la tarde, y por ser día de semana siempre era menos concurrido, hasta era de esos días en promoción dónde pagabas mucho menos y te agrandaban las porciones por un precio accesible; 500 pesos CL.

— ¿Qué parte te gustó más? A mí me gustó cuando el osito pudo volver con su hermano y fueron a jugar dentro del bosque, como cuando eran más niños —Kellin aún llevaba un poco de las cabritas que le quedaba del último pote, se metía un puñado y miraba a su amigo de reojo, evitando verle a la cara como lo estaba haciendo hace ya un tiempo.

— Me gustó cuando la mamá los llevó a dormir, cuando eran chicos y les contó un cuento... —Comentó y Chris le sonrió, abrazándolo por el costado y removiéndole el pelo— Dejáme, hueón —se quitó llevándose el último puñado a la boca.

— No puedes resistirte a mis encanto por mucho tiempo, lo sabes —Kellin se detuvo. Por más que no hubiera querido, el recuerdo de Victor le atravesó el corazón, sintió una punzada y caminó al baño— ¿A dónde vas?

— Baño...nos vemos en el estacionamiento.



Como el invierno era una de las estaciones favoritas de Mike, llevó a una niña al cine, era una de esas citas por una aplicación que había bajado hace unas semanas atrás, y hoy recién había logrado poder verla cara a cara. Claro, habían hecho un montón de video llamadas, pero nada se comparaba con acariciarle las manos mientras la película avanzaba, ni tocarle las piernas y subirle un poco la falda que llevaba. Su piel cálida a pesar del frío que había, Mike sabía que significaba que ella, a pesar del invierno, usara una falda para esa ocasión, significaba buen acompañamiento y un poco de caricias entre la oscuridad de las cuatro paredes, una intimidad pequeña, pero permitida.

— Me enamoréh completamente del protagonista; tenía lah media calugah....¡Ah, guachito! —La amiga de Mike le decía y se tocaba la cara con ambas manos, como evitando un grito desesperado.

— Tampoco teníah tanto... —Mike le dio un gesto de poca importancia y ella, con su pelo rojizo, le medeo la cabeza.

— Voh estay celoso...medio mino —le seguía, pero con más picardía

— Nah, yo puedo sacar más y en unas semanitas no máh.

— Seguro, con lo flacuchento que estás lo dudo mucho

Mike le advirtió con la mirada, y tomándole el antebrazo la llevo caminando rápido a la salida.



Kellin tomó un sorbo de agua antes de salir y supo entonces que era una de las cosas que no volvería a hacer jamás, el agua de la llave sabía a cloro de la peor forma. Acomodó su chaqueta y salió acomodando su coleta. Chris lo esperaba junto a un basurero acabando las últimas cabritas que quedaban en el pote.

— ¿Y? ¿Me vas a decir por qué huyes aí como así? — Kellin le mira y suspira, quitándole el pote de cabritas para echarse a la boca un puño más.

— Vi a Mike mientras... Sé que puede ser tonto, pero me cuesta un poco pensar que yo después de todo lo que dejé, me quede pagando por cosas que en verdad... no lo sé. Qué hice mal para merecerlo, ese tipo de dudas tengo... —Chris lo toma por el hombro y salen al estacionamiento con discreción.

—No es que lo merezcas, Kellin, las cosas pasan por algo y tal vez él nunca lograría cambiar sus malos hábitos, no lo conocías tan bien como creías. No tiene ni siquiera la media terminada, no puedes esperar mucho de él...Volvamos a casa ¿si?

— Está bien ¿Pasamos por pollo frito y papas fritas?

— Claro —fuera estaba un poco frío, encender la calefacción fue la mejor decisión dentro de todo lo que estaba pasando por la mente de Kellin.


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Hola ¿alguien más extrañaba esto? Me esta faltando el humor ¿verdad? yo también lo siento vacío :c

¿Cómo han estado? ¿qué han hecho?

¿Por qué creen que Vic cambió tan drásticamente?


PD: si por casualidades de la vida esta de mala calidad el multimedia y quieren verlo pueden ir a mi perfil, ahí está mi tumblr dónde acabo de subirlo. me disculpo de ante mano por mi dibujo, pero me inspiró al cap de hoy.

PD2: Perdí mi capacidad y entusiasmo por hacer portadas, no tengo ideas ni nada, he estado así un buen tiempo :( cualquier ayuda sugerencia será tomada en cuenta siempre.

Kellic A La Chilena ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora