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Victor estaba caminando dentro de su nuevo trabajo, sí, al fin había conseguido otro, a decir verdad le costó un montón pero luego de rogar en uno que otro lado, le dieron en una de las tantas cadenas de pizza del lugar, le quedaba algo retirado pero repartía dentro de la ciudad con la  moto de la empresa. 

A veces los recorridos eran los mismo o las zonas no eran tan diferentes, todos los días, eso sí, iba a una empresa a unos 20 a 30 minutos del local. 

— ¿Oye y las servilletas? —La secretaria le preguntaba, se le cerró la boca de inmediato, otra vez lo mismo.

— Chuta, se me le olvidó de nueoh — Victor la mira algo suplicante—. Disculpe.

— Ya, no importa, tendré que pedirlas en los comentarios entonces. Toma, la plata —Vic por lo menos da gracias que siempre el efectivo es el justo ya que también es tonto para eso y a veces demora más de lo usual en dar el vuelto por no saber contar bien.

— Graciah, señorita. Un placer servirle —Entonces se despide. 

Junto a esta empresa se encuentra el edificio donde Kellin trabajaba antes y mira las ventanas, preguntándose en cuál de ellas estuvo alguna vez el pálido. 

La siguiente entrega es en el metro, Tony es de los que sale de su turno y se va a comer una pizza en el parque junto a un compañero de trabajo.

— ¿Y la propina pa cuando, hueón? — Victor pregunta y recibe un trozo de pizza — Menos mal.

— Hablaste con tu hermano ¿O no? —Tony le pregunta y toma un sorbo de su coca cola. Vic niega.

—No, es que llegamos en horarios diferentes, pero no creo que no quiera ir —Su teléfono vibra constantemente— Perah que me están llamando, ojalá no sean los hueones —Dice refiriéndose a su trabajo para quedarse un tiempo más compartiendo y comiendo de paso— Hola.

— Hola ¿Victor Fuentes?

— Sí ¿Con quién tengo el gusto de hablar? —Tony lo mira, sabe que es número desconocido.

— Soy amigo de Kellin — La respiración se le corta, la cara pierde color y lo único que es capaz de hacer es ponerse de pie y alejarse un poco de los chiquillos para prestar mejor atención — Estoy en el hospital… —Su corazón se detiene y antes de decir algo la dirección es lo último que escucha y luego cortan.

— Conche tu mareh —Es capaz de decir cuando Tony le toca el hombro —No me asustíh culiaoh

— ¿Qué hueá te pasó que teníh care muerto oeh? 

— Es que… me tengo que ir, después te cuento…chao — Tomó el casco y se fue directo con el Maps de su celular siguiendo el camino, tratando de respetar los semáforos, pero está seguro que más de tres se los pasó en cuando tuvo la oportunidad.

Su corazón se agitaba demasiado a medida que más se acercaba y entonces no tuvo por qué preguntarse las razones ni si estaba bien que él fuera a ver o saber sobre Kellin, le seguía importando por sobre todas las cosas que le dijo y le hizo. 

Dejó la moto como pudo para llamar al gerente que estaba a cargo del turno.

— Hola, jefe, sabe que…— No sabía cómo decirlo.

— ¿Dónde estay hueón? Hace más de media hora que debías estar acá 

— No, si sé. Lo que pasa es que un familiar está en el hospital, perdóneme — fue rápido, porque sabía que si trataba de explicarlo no lo podría contener.

Kellic A La Chilena ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora