"Mi amor, eríh como una hamburguesa del McDonal's, te veíh rica solo en las fotos"
Una nueva semana, nuevas cosas y un nuevo comienzo para la familia Fuentes. No era solo un nuevo amanecer, los hijos de la casa habían conseguido un trabajo; Mike sería el cajero del McDonal's y Víctor estaría de mesero en un restaurant por el centro.
El despertador; despertó a todos a las seis de la mañana. Mamá Fuentes se alistaba para su trabajo en el mercado, ella era feriante y estaba en su puesto de verduras y algunas frutitas. Papá Fuentes estaba ausente, él estaba en el norte, allá trabajaba en una mina (no humano), ya hacía varios meses, de ahí no salía hasta navidad. Así que mandaba plata mensualmente y se comunicaban telefónicamente.
Perezosamente Víctor se estiro en la cama, regañó al despertador y después de mirar unos momentos el camarote sobre él, comenzó a patearlo para que el menor despertará entre quejidos y emitiendo algunos susurros sin sentido.
— Ya poh hueón, tenemoh que ir a la pega—. Insistió un poquito más y se bajo de su cama. Se estiro una vez más estando de pie y caminó al baño. Si deseaba que todo saliera bien, primero a la ducha y luego a comer bien.
<< Guatita lleva, energías ready >>
Iba pensando mientras se desvestía y preparaba el agua, se lavó los dientes y directo a la ducha. Lo hizo lo más rápido, Mike también debía ocupar el baño y los dos debían desayunar antes, así que el shampoo, el jabón y un poco de bálsamo de la mamá para su cabello. Tomó la toalla colgada y se secó lo que podía, se la coloco amarrada a la cintura y salió para arreglarse. Mike inmediatamente entró, siguió los mismos pasos de su hermano un poco más perezoso y lento. Él pensaba en una chica que había conocido hace unos días en facebook, le había gustado como era, su simplicidad y la fluidez que tenían al hablar, no existían el tiempo ni los odiados Vistos que el mundo tango regañaba, ella le respondía en cuanto abría el mensaje, muchas de las veces ambos dejaban sus chats desconectados solo para hablar entre ellos. A Mike se le dibujaba una sonrisa cuando recordaba algunos fragmentos de sus charlas, se sentía gustoso y si seguía así, sabía que llegaría a enamorarse de la muchacha.
— Si te invito a una copa y me acerco a tu boca / Si te robo un besito, a ver, te enojas conmigo / Que dirías si esta noche te seduzco en mi coche... (8) —. Salió del baño cantando, feliz iba pensando en la joven.
— Uyyy huele a in lav—. Jugueteo el mayor tocándole las costillas, el menor se defendió como pudo mientras sujetaba la toalla en su cintura.
— ¡Para, para! —. Se corría riendo. — No sé donde sacas esas hueás.
— De la cara e'gil que tiene mi hermano cuando se enamora poh, de dónde máh—. Le pinchó los costados y salió de la habitación para que se alistara y él fuera a por el desayuno de la mañana.
— ¡No sabíh nah! —. Gritó desde la pieza, sonrojado y avergonzado por las molestias de su hermano mayor. Sabía que en algún momento le diría lo que le estaba pasando, porque siempre terminaba contándole y siempre, siempre era porque él deseaba ser escuchado sus asuntos íntimos, le gustaba la opinión de alguien, casualmente mayor, aunque no con mucha experiencia, pero si era Vic, era como su mejor amigo y él a pesar de todo lo quería mucho. — Cuando te enamoríh, vaih a ver—. Susurro sonriendo mientras se secaba el cuerpo y buscaba alguna ropa decente entre los cajones.
— ¡Oe ya poh! ¡Tanta mierda te poníh! —. Lo llamó del pasillo para que apresurara la marcha de las cosas.
— Haber esa boquita—. Se escucho la voz de la mamá. Vic se encogió de hombros cuando recibía un golpe leve en la cabeza.
— ¿Pero pah que me pega? —. Le hizo un puchero tocándose la zona donde tenía su pelo aún húmedo.
— Vah, mala palabra no se dice. Y deja de hacer gestos así que tú no te vez adorable, al contrario—. Insinuó, Mike entró a la cocina riéndose en burla a su hermano, quien le dedico una mirada molesta. — ¿Y voh? —. Se dirigió al hijo menor, quien alcanzó a correrse para no ser golpeado de igual forma. — Cabritos no máh. Ya tomen luego desayuno, sino llegaran tarde, miren que encontrar pega no es fácil—. Les aceleró.
Víctor y Mike se sentaron en sus respectivos puestos de la mesa, la mamá les dejó las tazas y les sirvió el agua. En el centro de la mesa había un teflón con huevo revuelto y a lado suya un canastito de mimbre con el pan. Se prepararon el café y comenzaron a untar un trozo de pan con huevo. Esa, era la rutina de las mañanas, la rutina de muchas personas en este país y tal vez en muchos más, pero que a veces, esto a nadie le importe realmente. Aunque, pensándolo bien, en esta historia si había alguien a quien le interesaba todo esto, pero solo por el hecho de que vivió algo similar, de otra forma probablemente formaría parte del resto.
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Él despertaba a eso de las siete de la mañana, se duchaba y desayunada solo en la gran mesa de su casa, sus desayunos consistían en pequeñas proporciones, pero variadas comidas todos los días. Luego de eso, montaba su auto y se iba a la empresa con la cual trabajaba como abogado. Hoy en especial debía ir preparado y algo casual, se lo habían pedido así, iba comenzar la temporada en la cual debían cambiar la imagen de promoción, y como un año más, Kellin era el modelo elegido por votos de mayoría, no bastaba decir que muchas de las abogadas/secretarias/asistentes estaban algo loquitas por el chico de ojos grandes y verdezuelos, esa provocativa boca y la dulce voz que los decoraba, deseo de cada una de ellas, más solo sus besos y deseos solo se concretaban en los sueños más húmedos de cada una de ellas.
Kellin llegó temprano, como siempre lo hacía. Paso a recepción y se anotó a la hora de llegada, como era siempre, una secretaria le saludo desde la entrada, la sonreía con más de un pretexto a que tal vez algún día la invitase a comer por ahí, sin embargo, él solo le correspondió el saludo con un simple "buenos días Laura" y se encaminaba a su oficina, aunque hoy debía pasar por la sala de vestuario para tomarse la fotografía.
Así lo hiso y así pasó la mañana en su investigaciones aún con el caso anterior, él no estaba dispuesto a perder aún. Guardando archivos e imprimiendo otros, escucho el teléfono chasquear para antes de sonar el pitido y su secretaria le hablase del otro lado entusiasmada.
— Señor Quinn—. Ella solicitó su atención con la voz jovial de una mujer de treinta años.
— Dime Katelynne—. Le dio el pase. Acomodó en una carpeta todo lo que había reunido hoy, lo dejó en un cajón de expedientes del mismo caso para no tener confusiones después.
— Le llama el director en la línea 2—.
— Gracias—. Le cortó y presionó el número dado para atender a la voz pitida de su jefe. — ¿Señor Williams? —. Preguntó cortésmente.
— Kellin, amigo. Ya puedes irte, te daré el día libre y mira lo bondadoso que soy; le he pasado Kate unas invitaciones para que vallas con alguien a un restaurant por el centro, es muy bueno, lo recomiendo y pasas a almorzar lo que se te plazca, va de mi mano—. Quedó mirando un momento su puerta cerrada pensando en qué había hecho o qué le había pasado al jefe hoy.
— Eh, ya. Muchas gracias Señor Williams—. Dijo antes de que el director se arrepintiera de la oferta.
— ¡Ten un buen día! La dirección está en las mismas invitaciones. Cuídate.
— Hasta luego—. Se despidió y quedó escuchando el tono del teléfono unos segundos para luego tomar todas sus cosas, ordenas un poco y largarse en cuanto pudiese.
Katelynne ya le tenía las invitaciones en la mano para cuando este se le acercó, ella emitía por sus ojos un brillo jubiloso de esperanza, de que, tal vez, ella podría portar la otra invitación para hoy ya que, como Kellin tenía el día libre, ella también lo tendría por ser su secretaria. Lastimosamente Kellin no pretendía nada con nadie, no le gustaba mucha gasta ese tiempo de relación cuando podía estar en el hogar con los pequeños. Pasó por las invitaciones y salió con su maletín al aparcado dónde se encontraba su automóvil. Se montó una vez dentro y abrocho su cinturón de seguridad, dejo su maletín en el asiento trasero y revisó la dirección. Encendió el motor y partió al lugar.
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Kellic A La Chilena ✅
FanfictionVictor es el típico hombre de población que sale a cantar en las micros con su hermano menor para ganarse las lucas todos los días. Kellin es un abogado que está a punto de caer en la quiebra, y decide tomar la micro. [exageradamente chilena] (PRIM...