7. La locura más grande

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Summer

En cuanto escuché que mis padres llegaban a casa, decidí guardar todo el desorden que había dejado en la oficina de la casa, excepto el papel que había encontrado. Comencé a caminar hacia la cocina donde estaban abasteciendo la despensa, y traté de hacerme la fuerte, aunque mi tono no solamente era firme, sino que salía como veneno.

-¡No puedo creer que lo hayan ocultado todos estos años!-Aviento el documento sobre la isla de la cocina, y ambos me miran aterrados y llenos de culpa.

-Íbamos a ...

-¿Decirlo?, no entiendo cuál es el problema de solo hablarlo. Tanto Jason cómo yo lo habríamos entendido desde siempre, y no ahora que es cómo una patada en la cara.

-Summer, tú piensas que es algo fácil y sencillo, pero no lo es. Los amamos a los dos por igual, y...

-¿Piensas que él lo va a entender de esa manera?

Entonces Jason regresa de su entrenamiento de fútbol de una liga particular, y entra a la cocina tranquilo y buscando un poco de agua, ya que chorrea sudor por todo su rostro y sus mejillas están enrojecidas. De momento no se da cuenta de la tensión en el lugar, hasta que de pronto nos mira a la cara a todos, Alex decide darnos espacio, y se marcha.

-¿Qué ocurre?-Pregunta secándose el poco de agua que derramó al beber de su vaso.

-Tenías razón sobre la adopción.

-No.. No.. Lo siento mucho, Summer.-Se acerca Jason a abrazarme, y simplemente me quedo petrificada y sin saber realmente qué hacer.

-Jason...-Comienza a decir mi madre con la voz hecha trizas.

-Jason.-Digo de forma firme y lo más delicada que puedo.-Me temo que... Debes leer lo que está sobre la mesa.

Me suelta de golpe, y me mira a los ojos con miedo. Suspiro llena de miedo a cómo vaya a reaccionar, pues él siempre ha sido un tanto impulsivo, y me asusta que decida irse al leer lo que trato de decirle. Él se acerca con cautela para tomar el folder de la mesa, y lo abre poco a poco, haciendo notar que le tiembla la mano.

-Tenías razón, Summer. A mí nadie me vio nacer.-Hace una pausa, pero sé que lo que acaba de ver lo estrangula por dentro.-Si me disculpan. Necesito estar solo.

******
Ya es casi media noche, y Jason no regresa de donde sea que haya ido. Me preocupa sin duda, pero estoy segura que siempre tendrá un motivo por el cual regresar, y espero ese motivo sea su hermana menor. Llevo parte de la tarde y casi toda la noche acostada sobre mi cama mirando el techo, cómo buscando una solución a esto, la cual en este o cualquier mundo es imposible.

En un suspiro, un golpe a mi ventana casi hace que mi corazón se salga de mi pecho por el susto. En cuanto veo el rostro de Alexander asomarse por la oscuridad, me paro deprisa para dejarlo entrar. Cuando trata de pasar la pierna que aún queda afuera, tropieza y no consigo sostenerlo del todo, haciendo que ambos caigamos al piso casi de golpe.

Doy un grito al sentir dolor en mi cuerpo, y Alex lleva rápidamente su mano a mi boca. Lo único que logro ver es el color avellana con verde de sus ojos, y en segundos me siento sumamente cautivada. En teoría estoy triste por lo que ha pasado con Jason, pero Alex tiene cierta facilidad para hacer que incluso lo peor de mi día o mi vida, se desvanezcan por un momento.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora