20. Vida "perfecta"

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Alexander

Me siento como en un mundo sin vida. En un sitio donde no existe nadie, más que una vegetación apagada, desgastada y devastada. No hay nadie, y solo se escucha el ruido del viento golpeando la madera seca de las ramas tiradas sobre el suelo. Todo cruje y me siento solo. Tal vez es porque es justo de esa forma.

El cielo parece casi negro, y a lo lejos se ve la playa, que en lugar de ser iluminada por el sol, su belleza ha sido robada por las fuertes olas que comienzan a formarse una y otra vez, y que golpean a la orilla del mar. Muero de frío, así que abrazo mi cuerpo con mis brazos, hasta que algo dulce y distinto a todo lo que me rodea, inunda mi sentido del audio como una bella melodía.

Veo una luz resplandeciente a lo lejos, la cual me lastima al principio, hasta que todo se hace más claro poco a poco. Frente a mí, logro apreciar una sonrisa acompañada de unas cuantas lágrimas. Me siento tan culpable por haberla hecho pasar por todo esto. Me importa demasiado, aunque nunca me detuve a pensar que ponía en riesgo su bienestar al igual que el mío.

—Lo siento.—Expreso con dificultad y tosiendo a la vez. Niega con la cabeza, y siento cómo su suave mano acaricia mi frente.

—No tienes de qué disculparte de nada, mi amor.

—Tu voz es igual a la de un ángel.

—Tú eres mi ángel.

—Summer, yo...

—No importa lo que digas o si no tienes alas. Para mí eres justo eso.—Seca su rostro, y besa mi frente.—En un rato que te hayas estabilizado del efecto de la morfina, podrás irte a casa conmigo.

—Eso suena grandioso.—Mi mano se dirige a su vientre, y noto como aprieta sus labios.—Está bien, ¿cierto?—Pregunto temeroso. Ella asiente.

—Pero no soy ingenua, Alex. ¿Vas a contarme por qué te has hecho daño de nuevo? Debes saber que con un bebé no puede estar pasando algo así.

—Lo sé... Simplemente entré en crisis. No volverá a suceder.

—La crisis debe tener un motivo.

—Yo...

—¡Hermanito!—<<Bendito Dios>>. Salvado por la gritona de mi hermana.—¡Ya deja tus tonterías!, debes darte prisa y cambiarte, ya quiero volver a casa y muero de hambre, Summer y yo hemos preparado algo de comida china.

—No te aseguro que sepa bien... Jamás en la vida la había hecho.—Dice Summer entre risas, algo apenada.

—Creo que tendré que enseñarte entonces.

—Esa oferta suena tentadora.—Summer guiña el ojo sumamente coqueta, mientras que Jade hace un gesto de asco.

Todo estará bien mientras Summer no vuelva a preguntarme el motivo de mi falta de cordura, aunque es obvio que debo pensar algo muy bueno, si lo que quiero es que ella no sepa lo que pasó conmigo hace varios años. Muchos a decir verdad.

******
Terry

—¡¿Por qué no me dijiste que estaba ahí?!

—Porque ibas a tirar todo a la basura. Nadie de su familia puede verte, ¿qué todavía no comprendes eso?—Hace una pausa.—Y la idea era tratarlo como mi paciente y hacer que se recupere, no que tú te encargues de matarlo de un susto.

—¡Eres un idiota!—Grito molesta y herida como normalmente me hace sentir cada uno de sus comentarios.— ¿Desde cuándo te importa su bienestar?, por años lo viste auto lastimarse, drogarse y...

—No es igual. Anoche era mi paciente, y por muy imbécil que sea, respeto la vida humana y el bienestar de las mismas personas. Soy profesional. Quizás algún día también puedas serlo.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora