38. No hay más que decir

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Alexander.

—¿Illeana?

Los preciosos ojos de Summer me ven llenos de temor, mientras que yo parezco de lo más tranquilo; o al menos es lo que deseo aparentar. Illeana termina de abrir bien la puerta, y entra. Summer se reacomoda el cabello y la ropa de forma imperceptible, mientras que mi novia la mira confundida. Es claro que no la esperaba ver aquí, y algo me hace agradecer que no hayamos pasado a más antes de que llegara.

—Oh... Summer, hola.—Los ojos de Illeana, recorren de pies a cabeza la figura de Summer, la cual ni siquiera se intimida por ello.

—Hola.—Responde ella cortés, pero no tan amable como suele ser.

Ambas me miran alternadamente, y simplemente mi mente no está funcionando de la manera que quisiera, puesto que todavía no se me ocurre una muy buena excusa para explicar el motivo de la visita de Summer, aunque es mi amiga, y ese ya es suficiente motivo.

—Sum... Summer vino a que le prestara...—Hago una larga pausa, mientras miro a todas partes buscando el objeto que pudiese haberme pedido. 

—Su lector de memorias, ya que he ido a un viaje con mi novio, y deseo las fotos que hemos tomado con la cámara.—¿Su novio?, es claro que busca molestarme.—Pero me ha dicho que no lo encuentra, así que es momento de irme y dejarlos solos.

Por un segundo me enojo. Es mentira lo que dice, ¿no?. No puede tener novio. Bueno, es decir, si puede, pero no quisiera que eso fuese cierto. Summer guiña el ojo antes de salir, y escucho el azotar de la puerta contra el marco de madera de la misma. Es más que claro que busca hacerme enojar de la misma forma en que la hice enojar a ella, y lo peor es que lo está consiguiendo; y la visita inesperada de mi novia también.

—No sabía que tiene novio.

—No, ni yo.—Suelto de forma fría.—Haz tardado menos de lo esperado.

—Es sensacional, ¿no crees?—Ni siquiera puedo fingir emoción. ¿Qué demonios te pasa, Alexander?—Me he apurado a acabar con todos los pendientes, y he tenido la oportunidad de regresar antes.

—Me alegra que así sea.— A penas se lograría notar el tono de sarcasmo de mi voz, por lo que ella realmente piensa que estoy feliz con su llegada; y así debería de ser.

Deja sus cosas a un lado de la entrada, y no borra su sonrisa por nada del mundo. Me parece absurdo que no note lo tenso que me encuentro, y que en realidad el verla no me provoca nada más que una enorme frustración. Se acerca a paso tranquilo y coqueto hasta mí, para luego regalarme un beso largo y profundo. Tal vez su llegada sea una señal de la vida para indicarme que Summer no es la mujer para mí; o que quizás es mi oportunidad para comprobar si logra encender en mí lo mismo que ella.

*******
Summer.

Me tomo la enorme molestia de tener que parar un taxi, y pedir que me lleve al centro de la ciudad, para ir y visitar el penthouse de alguien. Necesito desahogarme con alguien, y ya que me he jurado a mí misma dejar a mi hermano y Jade en sus últimos momentos de luna de miel, no me queda más que buscar a otro de mis amigos cercanos.

Nunca había venido a este enorme edificio, ya que siempre visité la casa de los padres de Ian, donde siempre he sido bien recibida, pero es claro que el tiempo cambia las cosas. Tomo el elevador al último piso, sin tomarme el tiempo de dirigirme al guardia y pedirle que me anuncie. Ian ha cambiado para bien, aunque eso no quita la probabilidad de que pueda encontrarlo ocupado con alguien.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora