21. La propuesta

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Alexander

No tengo la menor idea de cómo deshacerme de Terry, y mi hermana no aparece por ningún sitio, lo cual comienza a desesperarme en verdad, ya que la idea de ir a buscar a Jason a su casa viene siendo algo absurdo, tomando en cuenta que seguramente está con Jade, o que puede escuchar Summer nuestra conversación.

Escucho cómo se abre la puerta, y corro casi a abrazar a mi bella salvación, hasta que solo observo a Marian entrando con algunas compras en las manos. Suspiro algo frustrado, pero eso no va a impedir que deje de ser un hombre atento, por lo que corro a ayudarle con lo que ha comprado.

—Hace tiempo que no salías de compras.—Ella suspira y me lanza una mirada cansada.—¿Mi padre?

—No es su culpa, es solo que ha llegado cansado y simplemente le exijo demasiada atención.

—Eso no lo justifica, sabes la tendencia tan grande que tiene para no durar mucho en sus relaciones.—Hago una pausa.— Aunque debo admitir, que el que lleve años a tu lado es algo grandioso, sabes que eres como una madre para mí.—Beso su frente como si fuera una niña pequeña, y sonrío.—¿Quieres mostrarme lo que has comprobado?

—De acuerdo, pero no creas que soy una loca cuando veas cierta cosa que terminó en mis manos.—Enarcó una de mis cejas, y veo cómo ella mira una de las bolsas de ropa sobre la mesa. La abro, y de ella saco un pequeño vestidito, que muy bien está diseñado a la medida de un bebé.

–Pero que...

—Te dije que no alucinaras... Simplemente tengo la corazonada de que será una hermosa princesa.

—Es... Es hermoso.—Abrazo a mi madrastra lo más fuerte que puedo, y siento cómo lágrimas saladas comienzan a salir de mis ojos.

—Oh, cariño, ¿qué sucede?

—Tengo mucho miedo. A veces y puedo cuidar de mí mismo. Todo el tiempo intento hacer alguna barbaridad, y ni siquiera me detengo a pensar en el daño que le hago a los demás con mis acciones. No quiero fallarle a mi bebé, y es obvio que tampoco quiero volver a hacerlo con Summer.

—Alex, hijo.—Ella me hace verla a los ojos, y de ellos resplandece una dulzura asombrosa. Acaricia mi mejilla con ternura, y habla con voz pasiva.—No tengas miedo. Summer sabe lo capaz que eres de cuidarlos, y tengo la certeza de que serás un padre maravilloso, y que todo ese miedo y esos impulsos quedarán a un lado.

Sin duda su voz tan tranquila, me transmitió la seguridad que necesitaba en estos momentos, a pesar de que aún me invadiera el miedo de volver a tener a Terry muy cerca de nosotros. Tan solo espero que no se le ocurra hacer mi vida más miserable de lo que una vez lo hizo.

*******
Jason

Ya he perdido la noción del tiempo, pero estoy seguro que es suficientemente tarde como para ser asesinado tanto por el padre de Jade, como por Alex. Sopla el viento, pero no resulta ser un medio para producir frío. Por primera vez dejo de lado el cuidado de mi auto, y hago que Jade me acompañe a ver el cielo nocturno encima del cofre.

Veo lo entretenida que se encuentra observando las constelaciones que ella misma comienza a inventarse, mientras que un terrible nerviosismo recorre cada centímetro de mi cuerpo, culpando al frío inexistente de hacerme temblar. Trago saliva infinidad de veces, y cada vez que me decido a hablar, algo me lo impide; aunque sé que tarde o temprano debo hablar.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora