25. "Jamás lo verá"

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Oliver

Cada vez que el vaso de Summer se vacía, yo me encargo de pedirle otra bebida más. Ella ni siquiera tiene idea de quién soy, pero igual confía en que soy un hombre que solo busca amistad en ella y, que la va a cuidar en dado caso que lo requiera, cuando en realidad yo mismo le proporciono su veneno.

Una vez que acaba su tercer vaso, pido otro y lo deslizo por la barra, pero antes de que lo tome, me arrepiento de lo que estoy haciendo con ella. Pongo mi mano sobre el vaso, dejándola algo confundida, y busco más de un motivo para no estar aprovechando este momento y acabar con un obstáculo en el camino.

—Me... Me parece que ya has bebido lo suficiente.—Comento nervioso, y entonces mi situación no podría empeorar. Un tipo alto, algo rubio, y de ojos claros se acerca a nosotros, haciéndome creer que en efecto Summer lo conoce, debido a que parece querer salir corriendo.

—Summer Hathaway. ¿Podrías decirme lo que estás haciendo?—Su tono es firme y furioso. <<¿Y éste quién es?>>

—Ian... Yo...

—Lamento la interrupción, desconocido, pero debo llevarme a mi ex novia y amiga de aquí.

Ni siquiera me surge la intención de detenerlo cuando toma a Summer del brazo para que se levante de su sitio, ya que pienso que por ahora es lo mejor, o sé que ella terminaría en el hospital con congestión alcohólica, o algo peor por mi culpa.

Summer

En cuanto salimos del bar, me cuelgo del cuello de Ian, y lo abrazo derramando miles de lágrimas saladas sobre su camisa. Él parece tener su respiración algo irregular, pero sin embargo me abraza con fuerza y besa mi cabeza un par de veces.

—Sum... ¿Qué es lo que ocurre?—No tengo idea de cómo explicarle lo que sucede pero, desde que pasó lo de Chloe, ha sido un amigo maravilloso en el que sé que puedo confiar.

—Alexander me engaña.—Digo, en un susurro.

—¿Y por eso tú lo engañas a él?—<<¿Qué?>>, ni siquiera había pasado esa idea por mi cabeza.

—¡No!—Exclamo, alejándome de su cuerpo, para que pueda apreciar cualquier gesto que haga.

—Bien... Tal vez no sea así, aunque dado a lo impulsiva que puedes llegar a ser a veces, nunca está de más preguntar.—Frunzo el ceño, secando mi rostro con las mangas de mi sudadera.— Ignorando lo que sea que estuvieras haciendo con alguien que desconozco... ¿Por qué bebías?

—¡Es claro que no me siento bien!. Con algo debía sacarlo.

—Summer, tal vez llevamos tiempo sin hablar, pero sé que no puedes beber por nada del mundo, y admito me sorprende tu irresponsabilidad.—Suelto una carcajada sonora.

—¿Tú?, ¿hablándome de responsabilidad y cuidado?—Parece lastimado.—Vamos, Ian. Eres el menos indicado para darme una pequeña charla sobre lo que debo o no de hacer.

—Tal vez, pero no se trata de eso, sino de recordarte la persona que eres, y que no debes desviarte de tu camino solo por algo que crees.

—Lo confirmé hace un par de horas.—Ahora parece estar sopesando mis palabras.—Lo vi con mis propios ojos en una cafetería no muy lejos de aquí, con una mujer que jamás había visto en mi vida. Ambos reían, y ella tomaba su mano demasiado encantada. Lo peor de todo es que me mintió.

—¿A qué te refieres?

—Por un momento le creí su mentira sobre qué estaría en una reunión de trabajo, pero es obvio que no fue así.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora