42. "¿De qué hablas?"

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Summer.

Las cosas han estado algo tensas con Jade los últimos días, pero poco a poco tratamos de sobrellevarlo y romper cualquier barrera que amenace nuestra amistad. Las cosas con Alexander no van nada bien, ya que sigo con las espinita clavada con lo último que sucedió.  Por otra parte, siento que las cosas con Keith están pasando más rápido de lo que hubiese planeado, ya que a diario tiene el cinismo de dejarme con más deseos de poder robarle siquiera un beso.

Otra de las cosas que han pasado, es que Ian y yo hemos dejado nuestro beso de lado, y pasamos grandes momentos juntos. Nunca imaginé que fuera a acabar siendo uno de mis mejores amigos, y con quién pudiera pasar horas riendo y yendo de un lado a otro. De vez en cuando salgo a beber alguna taza de café con mis viejos amigas, pero las cosas ya nunca han resultado ser como las eran antes de fijarme en mi vecino de toda la vida; Alexander Dankworth.

Estoy concentrada haciendo algunas abdominales, cuando mi teléfono comienza a sonar gracias a varios mensajes que comienzan a llegarme. Me detengo por unos minutos, y me dedico a revisar las notificaciones de la pantalla bloqueada. Algunos de los mensajes, son de personas irrelevantes con quienes mato el tiempo, pero uno de ellos viene del número de Alex.

"Esto es una tontería. ¿Podría verte?, elige el lugar si eso te hace sentir más cómoda y que tienes el control."

Pongo los ojos en blanco, pero no puedo resistirme a aceptar su invitación. No pienso verlo en mi casa, por lo que recuerdo ese pequeño lugar que descubrí, una de las veces que me encontré con Illeana en la calle. Tal vez el salir con Keith sea una forma de vengarme por el tiempo que estuve aguantando la relación de Alex con su novia, ya que no puedo ni engañarme a mí misma de que evidentemente amo a mi joven ocupado.

Cambio mi ropa, pero decido que no puedo salir a encontrarme con Alex sin tomar una ducha rápida. Una vez que me apresuro a estar en un tiempo récord, y cumplir de forma puntual con nuestro encuentro, conduzco hasta la pequeña cafetería.

Al entrar al establecimiento, escucho un saludo cortés desde el otro lado del mostrador, pero noto que no es el mismo chico de la vez pasada; ese que estaba tratando de coquetear conmigo, y que sin duda me había parecido un tanto lindo. Me sorprende al ver que Alex no ha llegado, así que me tomo la libertad de ordenar un par de lattes del día, y dos pastelillos de chocolate con fresa.

—Lamento mucho haber demorado. La ciudad está de locos y...

—No necesitas darme explicaciones.—Tal vez sueno desinteresada, pero lo digo muy en serio.

—Bien... No quería aburrirte con mis cosas.

—No lo haces.—Aclaro, poniendo los ojos en blanco.

—¿Cómo va todo con tu nuevo novio?

—Alex... Dudo mucho que quieras saber de Keith... Además no somos nada, por lo que prefiero omitir ese tema. Querías verme por algo, ¿no?

—Conversar un momento, es todo. Últimamente estás muy ocupada para todos.

—No lo estoy.

—De acuerdo... Lo estás solo para mí. —Me paso los dedos por la frente, y hago un gran intento por no perder la paciencia.

—Alex, no es algo personal. Simplemente hay varias cosas en las cuales debo enfocarme.

—Solo espero que no se atreva a hacerte daño, o ahí conocerá mi peor lado, y tú también.

—¿Me estás amenazando?—Imposible ocultar la sorpresa de mi voz.

—No a ti, pero a él sí. Tal vez piensas que podría rendirme y solo dejarte ir.... Pero estás equivocada.

Volverte a ver (inexplicable pt. 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora