Volverte a ver (inexplicable pt. 2)

Aviso importante

Les quiero compartir una nueva historia que estoy escribiendo, se llama "palabras ocultas", y espero decidan darle una oportunidad como hicieron con inexplicable y volverte a ver. Agradezco mucho su tiempo para leer estas historias, y les dejo un pedacito del prólogo, esperando les guste.
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Mientras se encuentra discutiendo algunas cosas con la chica de cabello castaño cenizo de la caja, una llamada inesperada comienza a irrumpir el silencio del muy elegante establecimiento de vestidos para fiestas, desconcertándome por completo el ver por fin en la plantilla uno de los contactos que tanto esperaba ver hace tiempo.

Me alejo del  mostrador en dónde se encuentra la caja para atender la llamada, e ignoro la mirada inquisitiva de mi madre porque no me tarde demasiado o podría explotar una bomba ya mismo con todo el estrés con el que está lidiando.

—No sabes lo feliz que me hace poder saber de ti, Will.

—Lamento molestarla, señorita.

Frunzo el ceño sumamente confundida, y espero no sea una broma de mal gusto creada por algún idiota amigo de mi hermano, lo cual me enfadaría muchísimo en estos momentos en que mi poca paciencia está a punto de agotarse.

—No comprendo... ¿Qué hace utilizando un teléfono que no le pertenece?—Mi voz tiembla, y es como si tuviera miedo de escuchar lo peor.

—Soy el detective Matthews, y debido a que hemos visto registrado este número infinidad de veces, me tomé el atrevimiento de hacer esta llamada.—Fantástico, ¿ahora qué habrá hecho?

—Lo entiendo, no es la primera vez que lo hacen. ¿Qué hizo esta vez?—Un largo silencio se hizo al otro lado de la línea, haciendo que mi mente se echara a volar, esperando algo estúpido, o lo suficientemente grave como para decirme que esta vez las cosas no se solucionan pagando una fianza o con servicio comunitario.

Mi pulso se acelera cuando comienzo a caer en la cuenta de que no tiene sentido el que la policía esté realizando una llamada desde el número privado de mi hermano, y no desde sus oficinas de una manera más profesional. Siento que me cuesta trabajo respirar en cuanto me llega a la cabeza la idea de que haya podido tener un accidente automovilístico o algo similar, por lo  que decido escuchar con atención.

—Bueno, señorita...

—Reed. Lively Reed.—Afirmo. Y sé que tengo un nombre demasiado extraño, pero supongo que a mis padres les parecía gracioso nombrarme así en su momento.

—Lamento informarle, que el joven William Reed ha...

Y entonces fue como si esas palabras que formaban una frase, retumbaran por toda mi cabeza y el tiempo se detuviera. Cerré mis ojos con fuerza y ahora sí el aire me faltaba por completo. Me parecía como una broma de mal gusto y algo imposible de suceder, pero la realidad es que con esas cosas no se podría jugar, y aunque así lo fuera, esta no es una de esas veces.

—¿Qué?—Salió de mí, sin pensarlo realmente.

—El joven Reed ha sido hallado sin vida.