Alexander.
Me remuevo sobre la cama algo perturbado, y con un dolor de cabeza que me la hará explotar. Parpadeo varias veces, antes de que mis ojos se adapten a la luz, y mis oídos escuchen el ruido matutino de Londres. Me incorporo sobre la cama, y froto mis ojos para terminar de despertar bien. No tengo idea de cuánto he bebido, pues siento una resaca terrible.
En cuanto me siento más adaptado a la luz que se cuela por las cortinas, me doy cuenta de que algo definitivamente no va bien. Doy un brinco, en el momento en que diviso una habitación que no es la mía, ni la de Summer, sino la de un hotel. Como si esto no fuera suficiente; noto mi problema matutino, tan solo cubierto con las sábanas de cama.
Llevo las manos a mi cabello, y tiro de él demasiado desesperado. <<¿qué diablos fue lo que hice anoche?>>. Busco rápidamente mi ropa, y gracias al cielo la encuentro tirada a un lado de la cama. Me limito a ponérmela rápidamente, y a buscar mi móvil, llaves del auto y cartera dentro de los bolsillos del pantalón.
No tengo ninguna llamada, por lo que Jason debe saber dónde me encuentro. Salgo de la habitación, y bajo por el elevador hasta llegar a la recepción del hotel, donde la recepcionista comienza a alzar la mano tratando de llamar mi atención. Me acerco algo confundido, ya que al parecer me conoce; eso o solo desea cobrar el uso de la habitación.
—¿Se encuentra mejor?
—¿A qué se refiere?—Pregunto tratando de sacar información.
—Anoche un amigo suyo lo trajo hasta aquí. Dijo que su esposa lo correría de casa si llegaba en su estado de ebriedad para ese entonces.—¿Amigo?¿qué amigo?
—¿Le ha dado su nombre?
—Mmm, no en realidad. Pero es alto, cabello negro...—Jason.
—Gracias.—Digo asintiendo a modo de cortesía, y salgo a la calle para pedir un taxi que me lleve a recoger mi auto.
Una vez estando en marcha dentro de él, me concentro en marcarle cientos de veces a Jason, pero ninguna de mis llamadas es atendida. Temo hablarle a Summer, y que sutilmente me mande al demonio, ya que no fui a verla saliendo de la oficina, y seguramente su hermano ya le hizo llegar la noticia de que hemos salido a tomar algo.
Mis nervios se elevan demasiado, por lo que piso el acelerador para llegar a casa y relajarme un momento. Quizás el hablar con Jade ayude de algo, aunque tal vez me ignore, ya que la evado notoriamente últimamente.
En cuanto llegó, tomo una ducha, para ponerme algo de ropa limpia posteriormente, y darme cuenta de que es temprano. Camino decidido hasta la recámara de mi hermana, y tomo aire antes de irrumpir en su privacidad. Ella ya está despierta, o al menos es lo que me hace creer en primera instancia.
—Parece que te ha dado insomnio.—Camino hasta su cama, y me siento con cuidado a la orilla de su cama.
—Es exactamente lo que sucedió. No he podido pegar un ojo en toda la noche.
—¿Por qué has llorado?—Mi voz suena preocupada y sería.
—No lo he hecho, Alexander. ¿Ahora sí me hablas?—Está dolida, pero no sé exactamente el motivo. Podría ser por mi alejamiento de ella, pero lo dudo mucho. No, ese no es el motivo de sus ojos hinchados.
—Te conozco. Eres mi hermana.—Hago una breve pausa para tomar algo de aire.—Lamento el haberme alejado... Ha sido así con todos.—Ella se endereza en la cama, y pone la cabeza de lado a forma de comprensión, hasta que parece llegarle un recuerdo a la cabeza, y es cuando se cruza de brazos, y me mira con dureza.
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Volverte a ver (inexplicable pt. 2)
Romance"Y entonces fue como si hubiese despertado. Era cómo estar flotando sobre el agua tibia y cálida. Cómo si mis ojos lo pudieran volver a ver". "Le presiono al botón de marcar, y me llevo el móvil a mi oreja, por primera vez en tanto tiempo, escucho q...