“Chapter Seven: The Stone”
“Capítulo Siete: Los Stone”Me quedé en silencio por unos segundos. Tratando de comprender sus palabras “Soy justamente igual que tú”.
— ¿A qué te refieres? — abrió sus labios pero antes de contestar fue interrumpida.
— ¿Interrumpo algo? — entró su hermano. Ella sonrió, recargándose en su silla. Negué hacía Liam.
— ¿Comenzamos? — preguntó la rubia. Asentí.
Tenía que saber a que se refería Caroline.
En ningún momento, pasaba por mi cabeza, que ella sería igual que yo.
Sexo sin lazos. No iba con la imágen de ella. Pero creó que es importante no juzgar un libro por la portada ¿Cierto?
La junta, no había sido más que dejar en claro, mi contrato, en general, mi salario y vacaciones.
Caroline se paró para irse.
— ¿Podrías llevarlo a su oficina? — preguntó Liam. Fue una oportunidad que me arrojó su hermano para aclarar cualquier duda. Sonreí — Y te esperó afuera para ir a comer ¿Okay? — ella asintió, a regañadientes.
— Esperó que no se te olvide, quien es la mayor, Liam — dijo ella caminando a la salida con una sonrisa. Él asintió.
— No lo olvido, Caroline — gritó para que Caroline, lo escuchará.
La seguí rápidamente. Ella ya se encontraba en el elevador. Se estaba cerrando y ella no hacia ni un movimiento para cerrarlo. Corrí y escasamente logré colocar mi mano para que no se cerrará.
Con mi respiración agitada, entré.
— Gracias — hablé sarcástico.
— De nada — dijo volteando a verme. Divertida. Pero aún así, no dejaba de mostrar aquella postura seria y de poder.
El viaje fue en silencio pero rápido.
— Después de ti — dijo ella.
— Damas primero — le contesté, haciendo un gesto con mi mano. Asintió y comenzó a caminar para abrir mi oficina.
Al lado de la puerta ya se encontraba una placa con mi nombre grabado.
Sonreí sólo con verlo. Lo había logrado.En mi escritorio se encontraba otro.
James E. Wood
— ¿De dónde viene la E.? — preguntó ella detrás mío.
Estaba tan embobado con mi oficina que olvidé por un momento que ella estaba conmigo.
— Elliot — dije sentándome en la gran silla negra que de encontraba atrás de mi escritorio. Ella asintió.
— Bienvenido — dijo ella — Ahora, me retiró.
— Espera — dije parándome — ¿Puedes sentarte un momento? — ella negó.
— Lo que tengas que decirme, que sea rápido — habló fríamente — Tengo una comida con mi hermano. Pero eso ya lo sabes —
— Lo se — pasé por delante del escritorio para estar más cerca de ella.
— Hablé de nuevo. Sr. Wood — me apresuró.
— ¿A que te refieres con que somos iguales? — pregunté cruzando mis brazos.
— Creí que era más inteligente. Pero creó que lo subestime — dijo seria. Fruncí mi ceño.
— Como sea — dije restando importancia — ¿Contestarás?
Ella asintió con cuidado.
— Tengo sexo con hombres sin lazos afectivos — dijo directamente — No me acuesto con un hombre dos veces. Y tienen que ser lo suficientemente atractivos para gustarme — habló rápidamente.
La sorpresa se apoderó de mi rostro.
— ¿No quería escuchar por que somos iguales? — me preguntó alzando su perfecta ceja delineada. Asentí — Perfecto.
— Simplemente, es algo no usual — solté.
— No soy una princesa. Si es lo que esperaba. Me concentró en lo que quiero, y lo obtengo. No por nada, soy de las mejores abogadas de todo Reino Unido — habló rápidamente — Si es todo lo que quería preguntar — dijo señalando la puerta con su cabeza — Me voy.
Me acerqué rápidamente a ella. Y la tomé de la muñeca para voltearla a mi. Ella vio mi agarre en su muñeca. Su ceño se frunció aún más, para luego mirarme a mi rostro.
— ¿Por qué? — le pregunté.
— ¿Por que qué? — preguntó ella interesada. Aún la seguía tomando de su muñeca.
— ¿Por que lo haces? — la mire a los ojos.
— Por la misma razón que tu — me contestó rápidamente. Unos segundos más bastaron para darme cuenta que estábamos totalmente unidos. Ella era lo suficiente alta para no alzar su cabeza, y yo para no bajarla, era rostro.
— No se. No se por que lo hago — dije sincero en un susurró.
— Lo sabrás — dijo rápidamente. Asentí — Eres atractivo — dijo de la nada. Al parecer no estaba tan equivocado. Tal vez sería más fácil que se acostará conmigo — No la persona más atractiva que he conocido, pero lo eres — dijo con esa pizca de diversión en su ojos.
— Coincido — mentí. Ella sonrió. Estábamos a unos centímetros de que nuestros labios se juntarán — ¿Una vez? ¿Solo te acuestas una vez con los hombres? — pregunté, viéndola a los ojos, y luego a sus labios. Ella asintió. Y observó mis labios. Sin algún pudor alguno. Sus ojos de elevaron de nuevo a los míos.
— Le he dicho, que no me miré así. Le he dicho que no. Y mi respuesta seguirá así. Así que suplante ese deseo que se encuentra en sus ojos por algo más. Sólo me acuesto una vez con los hombres — dijo con su aliento rozando mi rostro — Pero aún así, nunca — hizo una pequeña pausa — Nunca me acuesto con mis trabajadores — se acercó una poco más a mí — Y tengo una regla más — dijo seria. Sus labios rozaban los mios — No besos — se alejó de mi. Dejándome con el deseo de más.
Se deshizo de mi agarré y se fue. Me quedé perplejo. Parado, con mi mirada perdida. Pero sobre todo sorprendido.
La sorpresa por haber tenido mi primer rechazo. Pero más sorprendido al ver cuanto quería a aquella mujer en mi cama. Debajo de mi. Gritando mi nombre. Al simplemente verla, me incitaba a tomarla. Quería descubrir como de escucharía su voz gimiendo.
Le haría rogar. Rogar por que la tocará. Y sólo sería una vez. Una vez para poder olvidarla.
Sonreí. Sentándome detrás de mi escritorio. Pensando en como iba a lograr meterla en mi cama.
Ella era igual que yo. Así que tenía que pensar como alguien haría para poder tenerme en su cama.
Una palabra brillo en mi mente. Una palabra que sabía que iba a funcionar.
— Insinuaciones — susurré para mi mismo.
En menos de una semana Caroline Stone sería mía. Y la haría gemir mi nombre hasta que su garganta le doliera.
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JEFE [En Edición]
ChickLit"En un mundo de hipócritas, los sinceros somos los malos" "Soy feliz así, es mi vida y no la cambiaría" "Simplemente no lo siento" "- Te equivocas, soy igual que tu" Un cambio de roles. Por que ¿A quién le gustan las historias cliché? ◀Portada crea...