Chapter Nine

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“Chapter Nine: First Call”
“Capítulo Nueve: Primera Llamada”

James

Me senté en el escritorio resignado. Esta mujer es especialmente difícil.

Ella era igual que yo. Era sorprendente. En mi vida nunca había conocido a alguien así. A una mujer así. A una que no quisiera una relación.

Todas deseaban con casarse, tener una relación, hijos. Pero ella no.

Y aún así no había querido nada conmigo. Me había dicho no. Nadie me había dicho no. Y tal vez sólo por eso, no me daré por vencido hasta que sea mía.

Alguien tocó la puerta.

— Adelante — dije sin saber de quien se trataba.

— Su café, Sr. Wood — dijo alguien imitando un acento británico. Reí ante la sorpresa.

— No puedo creer que si te hayan transferido — dije mientras me paraba para abrazarla.

— ¿Qué harías sin mi, Elliot? — me respondió Clara — Además hablaste con el Sr. Donovan, y sabes que eres como su hijo, así que te hizo el favor. Y mirame, aquí estoy — sonrió.

Había decidido hablar con el Sr. Donovan, luego de que me diera la noticia de que sería transferido a Londres, que deseaba que Clara, mi secretaría, fuera transferida junto conmigo, y así fue. Clara no tenía familia, sus hijos habían crecido y ya no vivían con ella y su esposo había muerto años atrás.

— ¿Y ya aclaraste tu contrato? — me preguntó, mientras ponía el café sobre mí escritorio. Asentí. Con el ceño fruncido — ¿Algún problema? — negué rápidamente.

— Ninguno. Todo esta bien — le sonreí. No le iba a decir que me quería coger a mi jefa, pero no sabía cómo.

— Okay. Entonces, voy a afuera.

Me dejé caer en la silla, y un suspiro salió de mi boca.

¿Porqué me estaba ocasionado tanto problemas en mi cabeza, querer acostarme con una persona?

El intercomunicador a mi lado se encendió.

— James, tu mamá, llama para hablar contigo — habló Clara. Rodeé mis ojos. No necesitaba esto ahora.

— Hablaré con ella — dije cansado. Esperé un momento para escuchar su voz.

— Hola, cariño —

— Hola mamá.

— ¿Cómo te esta yendo? —

— Bien, mamá. Es algo que siempre he hecho. Es trabajo — dije simplemente.

— Estoy muy emocionada.

— ¿Y a qué se debe? — sabía que esa emoción sería algo completamente raro.

— ¡Tendré nietos británicos! — gritó por el teléfono. Puse mi mano en mi frente.

— Basta, por favor

— James, no seas aguafiestas. Yo en tu lugar, me colocaba a buscar a alguna chica con cerebro, no vayas detrás de piernas — regañó.

— Vale, lo haré.

JEFE [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora