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Empezó a bajar las escaleras, y lo primero que vió, fue a Bruce con la caja de regalo azúl con plateada que le había mostrado el día anterior. Sonrió enormemente al verlo.

—¡Bruce!— Dijo emocionada. Terminó de bajar las escaleras y llegó hasta él, para abrazarlo fuertemente.

—¡Felices 18 querida!— Felicitó él, abrazándola amistosamente. Rosalyn ni siquiera se percató de la prescencia de James y Justin, los cuales estaban sentados en la sala, observando la escena.

—Gracias— Dijo ella alegre. Se separó de sus brazos y él estiró su brazo para entregarle el regalo.

—Esto es para tí— Dijo contento. Ella sonrió, pero antes de abrirlo, recordó algo.

—¿Por qué me mentiste?— Preguntó de pronto. Bruce frunció el ceño.

—Valla cambio de humor— Susurró. Justin y James rieron. A ella no pareció agradarle.

—¿Cómo conociste a Justin?— Preguntó ella. Justin se puso de pié y caminó hasta ambos. James lo copió.

—Por él— Dijo Justin, tocando el hombro de James. —Tu hermano nos presentó hace una semana— Aclaró. Rosalyn volteó a ver a James.

—¿Y por qué habrías de hacer eso, James?— Preguntó confundida. —Tú sabías perfectamente que yo ya no estaba con Justin hace tres semanas, ¿Por qué querías que ellos se conocieran?—.

—Precisamente por eso— Confesó James. —Por que desde que ustedes se habían separado, te convertiste en otra. Estaba preocupado por ti, hermana. No comías, dormías poco y no ibas casi a la escuela. Supuse que tenía que hacer algo, y recordé que se acercaba tu cumpleaños. Así que hace una semana los junté a ambos en el centro comercial y los presenté allí. Al principio se lanzaron miradas asesinas— Todos rieron, menos ella. —Pero les dije que era por una buena causa, que se trataba de tu bienestar, así que inmediatamente estuvieron de acuerdo. Entre todos planeamos tu fiesta, a Bruce se le ocurrió lo de la sorpresa de Justin, de sorprenderte aquí en casa hoy. Justin ideó los demás planes de llevarte a escalar y otra sorpresa que aún falta. Teníamos la esperanza de que ustedes regresaran y tú volvieras a ser la misma Rosalyn de antes, y creo que lo logramos— Dijo orgulloso. Rosalyn se quedó callada unos segundos, simplemente analizando lo que acababa de oír. Volteó a verlos a los tres, y una sonrisa se dibujó en su rostro.

—¿Ustedes tres hicieron todo eso por mí?— Preguntó sin poder creerlo. Los tres asintieron con la cabeza. Rosalyn sonrió enormemente, lo hicieron coordinadamente, de manera que lucieron increíblemente tiernos. No pudo hacer más que atraerlos a los tres a sus brazos y unirlos en un abrazo grupal. Ellos se quedaron confundidos. —¡Hay, qué hermosos! ¡Los amo! ¡Gracias!— Dijo, abrazándolos al mismo tiempo. Ellos rieron mientras ella los obligaba a juntarse.

—Esto es un poco gay...— Susurró Justin.

—Estoy de acuerdo— Completó Bruce. Rosalyn rió y los soltó. Se hizo para atrás, sin dejar de sonreír. —Abre el regalo— Pidió Bruce. Ella asintió y tomó la caja de nuevo. Le quitó el moño y luego prosiguió a romper el papel. Abrió la caja y lo primero que vió fue un sobre azúl. Algo extrañada, lo tomó en sus manos. Lo rompió para abrirlo y su vista se enfocó en unas letras grandes color amarillo: "SIX FLAGS MAGIC MOUNTAIN". El corazón casi se le sale de la emoción.

—¡UN BOLETO PARA SIX FLAGS!— Gritó sin poder creerlo. Ella siempre había amado los parques de diversiones, uno de sus sueños era ir a Six Flags, pero nunca había tenido la oportunidad. —¡NO PUEDO CREERLO!— Gritó cubriéndose la boca con una mano, de la sorpresa.

—Error— Corrigió Bruce. —6 boletos— Dijo, sacando los demás del sobre. Rosalyn sonrió enormemente. —Iremos James, Johán, Gates, Justin, tú y yo— Aclaró. —Pero no te preocupes, los dejaremos a ustedes por separado— Dijo guiñándole el ojo. Ella sonrió como nunca en su vida, estaba emocionadísima. Se lanzó a los brazos de Bruce de nuevo.

—¡Esto será increíble, muchas gracias! ¡Qué emoción!— Dijo, dejando de abrazarlo. Bruce sonrió al igual que los chicos.

—Es en el parque de Valencia, California, nos hospedaremos en un hotel, exactamente en una semana, osea el próximo sábado. Queda cerca de Los Ángeles. Pero eso no es todo, hay más— Señaló el regalo. Ella estaba boquiabierta. Sonrió y no esperó más para abrirlo. En su interior había una pequeña cajita azul. La abrió y se quedó aún más sorprendida de lo que ya estaba.

—Bruce, no debiste...— Susurró.

—Ese va de parte de Justin y yo. Pruébatela. Está hecha a tu medida— Propuso él. Ella negó con la cabeza.

—Esto es muy caro— Dijo ella. —No puedo aceptarlo—.

—Si puedes muñeca, lo pagamos los dos, además no nos importa el dinero. A tu madre le hubiera gustado que la usaras— Dijo Justin. Ella suspiró y sacó lentamente la cadenita y el dije de oro. Se lo abrochó por el cuello y observó cuidadosamente la estructura del dije. Estaba en forma de corazón y constaba en abrirlo por la mitad. En su interior, tenía dos imágenes plasmadas. En una era Rosalyn de pequeña, y en la otra, Lizbeth de pequeña. Eran idénticas.

—Sigo sorprendiéndome, son como dos gotas de agua— Susurró Justin, observando el artefacto. Rosalyn sintió una punzada en su corazón, unas ligeras ganas de llorar.

—Es hermoso— Susurró ella débilmente. —Nosé si debería aceptarlo. Es demasiado— Agachó su cabeza y Justin la atrajo a sus brazos, para acurrucarla en su pecho tiernamente.

—Es lo que mereces— La abrazó cálidamente. Ella contuvo las lágrimas.

—Me parece increíble que hayan podido ser amigos solo por mí. Y más que hagan este tipo de cosas para verme felíz— Dijo refiriéndose a Justin y Bruce. Ellos sonrieron amablemente. —Los tres. De verdad gracias, es el mejor cumpleaños— Agradeció. Todos sonrieron.

—Y eso que apenas comienza— Aclaró James. —Los banquetes, mesas, música y todo el equipo no tarda en llegar. Ahora vuelvo iré a arreglarme— Dijo acercándose a las escaleras, para subir.

—¡Es cierto!— Dijo ella.

—Será mejor que te arregles, muñeca— Sugirió Justin. —Yo me iré a casa de Gates para arreglarme también, vuelvo más tarde, ¿De acuerdo?— Preguntó. Ella asintió.

—Igual me voy— Intervino Bruce. —Me baño, cambio y vuelvo—.

—Si, hagan lo que tengan que hacer— Dijo ella. —Y gracias por todo— Sonrió. Se despidió de Bruce primero, el cual salió de la casa y se dirigió a su auto. Ahora estaba frente a la puerta, con Justin.

—Te veo en unas dos horas, ¿Bien?— Preguntó él. Ella asintió. Justin le dio un suave beso en los labios, que por más corto que fuera, la estremeció. Siempre provocaba efectos enormes en ella, era único.

—Gracias por todo— Agradeció ella, sonriendo dulcemente. El asintió.

—No agradezcas, mereces lo mejor. Aún hay más— Aclaró. Ella frunció el ceño.

—¡¿MÁS?!— Preguntó, casi gritando. El rió. —¡Justin ya fue demasiado!— Se quejó.

—Es lo que te dije hace rato. Es algo que tiene mi toque personal, espero que te guste. Me ayudaron Chris y Ethan. Pero eso será hasta la noche—.

—Bueno... supongo que no tengo nada más que decir, solo gracias— Lo tomó del rostro para hundirse en otro beso. —Gracias— Repitió. Él sonrió y la apretó de la cintura.

—A ti por volver conmigo— Susurró él, besándole tiernamente la frente, haciéndola sonreír. La soltó y fue dando pasos hacia atrás, directo a su lamborghini. —Te veo alrato muñeca— Finalizó. Ella simplemente se despidió con la mano y lo vió subirse a su auto, encenderlo y retirarse de ahí. Se dio la vuelta y cerró la puerta de su casa. Vió el oso y las rosas que Justin le regaló y sonrió. También las bolsas de ropa que había comprado en el suelo, mhm... recordó que ahí tenía el maravilloso vestido nuevo, y estaba lista para estrenarlo.

El Paso Final. 2tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora