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—¡No, suéltame loca!— Gritó Justin. Ella seguía riéndose a carcajadas, tratando de sujetarlo de ambos brazos.

—¡Quédate quieto o será peor!— Ordenó ella. Justin seguía moviéndose descontroladamente arriba de la cama, de un lado a otro. Ella intentaba forzadamente sujetarlo pero parecía imposible.

—¡No dejaré que me maquilles ni que me pintes las uñas!— Se quejó Justin. Ella rió.

—¡Pero es el castigo! ¿Lo recuerdas? Te gané en la carrera, no es justo— Gruñó ella. —¡No huyas!— Ordenó. Justin se paró de la cama y empezó a correr por toda la habitación. Ella se reía mientras lo correteaba. —¡JUSTIN PARECES UN NIÑO CHIQUITO, VEN AQUÍ!— Exigió. Él también reía mientras huía. Esto en cierta forma lo divertía.

—¡Llamaré a la policía!— Amenazó Justin, continuando brincando de la cama al piso y viceversa.

—¡Exagerado!— Dijo ella divertida. —¡No pasará nada, solo yo te veré!— Aseguró ella. Justin negó con la cabeza mientras seguía corriendo.

—Nunca creí que mi novia me perseguiría como toda una psicópata para pintarme como mujer, ¡Tengo miedo!— Se lamentó. Ella rió más. De pronto, lo alcanzó a jalar por la espalda, de la camiseta. En un ágil movimiento, lo empujó a la cama, haciéndolo caer sobre esta, pero Justin no se quedó sin hacer nada, la jaló también, provocando que Rosalyn cayera sobre su cuerpo. Ambos rieron y se miraron fijamente.

—¿Ya me dejarás?— Preguntó ella, acorralándolo por los costados, para evitar que se levantara.

—¿Tengo salidas?— Preguntó, acariciándola con una mano por la espalda.

—No— Afirmó ella. —Será divertido, lo prometo— Aseguró. Le robó un dulce beso en los labios y cuando iba a levantarse para ir por las pinturas que estaban en su tocador, Justin la apretó con ambas manos de la espalda, impidiéndole levantarse. —¡Justin, suéltame!— Ordenó.

—Será más divertido esto— Sin previo aviso, chocó su boca con la de ella, comiéndosela entera. La saboreó en todo su contorno y la llenó de un apasionado beso, solo de los que él sabía dar. Mezcló su lengua y la llenó de su calor, enviando choques eléctricos por todo su cuerpo. La hizo jadear en voz baja. —Sé que quieres, muñeca...— Susurró. Volvió a besarla con intensidad. Cambió de posiciones, ahora él estaba sobre ella. Empezó a acariciarla de pies a cabeza, mientras sentía como una erección empezaba a formarse entre sus pantalones, presionando contra su vientre. Bajó de sus labios para lamberle el cuello con ganas, haciéndola gemir. —Eso es— Susurró él, al sentir como ella arqueaba su espalda contra su torso. A continuación, buscó entre los pantalones de ella y bajó su cierre. Encontró su calzón y lo hizo a un lado, para de improviso, acariciar su parte íntima con un dedo.

—Oh...— Gimió ella al sentirlo. Justin sonrió y continuó, ahora acariciando su clítoris de arriba hacia abajo, lento y después rápido. Ella arqueó más su espalda y alzó sus caderas. Un placer delicioso le recorrió las venas. La erección de Justin solo creía más y presionaba contra sus pantalones al verla retorcerse por él.

—Si... córrete muñeca— Le susurró al oído, con voz sensual. De pronto, metió un dedo en ella. Rosalyn dio un grito ahogado.

—¡Agh!— Gimió. Justin empezó a meter y sacar su experto dedo. Ella apretó los labios para no gritar. Gemía en voz baja, haciendo que Justin solo tuviera ganas de penetrarla más y más, pero quería hacerla disfrutar primero.

—Me vuelves loco...— Le susurró Justin, besándole la comisura de los labios. Ella sintió que comenzaba a sudar, mientras el placer bombardeaba su feminidad. Justin empezó a incrementar la velocidad de su dedo, haciéndola retorcerse más.

El Paso Final. 2tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora