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『 T Y E E 』
Me golpea una vez más en el estómago, pero esta vez no alcanzo a cubrirme y da de lleno. Ya no me puedo mover más. Me tomó del brazo para ponerme de pie, pero estoy demasiado frágil, demasiado adolorida. Me arrastra como puede, y cuando por fin llega, me arroja dentro. Lo último que veo antes de que cierre la puerta es su maliciosa sonrisa, como si él fuera el jefe, como si en realidad no estuviera solo siguiendo órdenes.
Todo está oscuro, demasiado oscuro como para siquiera ver la forma de algo. No hay nada, me siento perdida en un vacío pequeño. He estado aquí millones de veces antes, pero me asusta más de lo que me gustaría admitir y puede que esa sea la principal razón. Comienzo a generar un miedo a este lugar. Pongo una mano en el suelo y me impulso para sentarme hasta que mi espalda choca con la muralla. Estiro mi mano derecha para enderezar mi cuerpo un poco más, pero mi codo choca de inmediato.
¿Qué demonios sucede?
Con la otra mano hago lo mismo, pero entonces vuelve a chocar. Tanteo las paredes, están más cerca de lo que recuerdo, incluso más lisas y suaves. Intento estirar mis pies, pero ni siquiera me da para llegar a un ángulo de noventa grados. Esto es raro, es mucho más pequeño de lo que normalmente es.
¿Es nuevo? ¿Me han arrojado en un armario diferente?
La pared a mi espalda se pega a mi cuerpo, la de los costados comienza a tocar mis codos y la que está a mis pies los presiona. Lentamente, en silencio. Las paredes se están moviendo, se están acercando de a poco. Me están encerrado.
Demonios.
El techo choca con mi cabeza y me empuja hacia abajo, aunque puede ser también que sea el suelo el que está subiendo, no puedo saberlo. Abrazo mis rodillas y oculto mi cabeza entre ellas, y aunque no puedo ver nada, de igual manera cierro los ojos. Intento respirar normalmente, inhalando y exhalando por la nariz para intentar calmarme, pero parece que el aire se está acabando, parece que me lo estoy respirando todo y cada vez se hace más difícil llenar mis pulmones.
Las paredes ahora están apegadas a mí y poco a poco presionan más, me intentan aplastar de todas partes, como si me quisieran hacer más pequeña. Pongo presión en contra, pero no es suficiente, estoy demasiado frágil, demasiado adolorida. Me están ganando, me están matando...
Algo me toca y de pronto siento frio.
—...llegas tarde a cla...— dice, pero para entonces yo ya he pegado un salto y me aprieto contra la pared.
Miro alrededor. Hay luz, ahora puedo ver, no hay paredes, puedo respirar.
Fue un sueño.
No, un sueño no. Fue un recuerdo mezclado con la fantasía de una pesadilla.
Esa maldita pesadilla otra vez.
Comienzo a mirar alrededor para intentar calmarme, porque con el miedo que tengo lo último que necesito es entrar en una crisis. Cuento mis respiraciones, las retengo y hago un recuento de mis realidades. Tal como me han enseñado.
—¿Estas bien?— Vike se me queda mirando curiosa, enarcando las cejas y hasta casi la boca.
Trago saliva, suspiro y comienzo de nuevo. —Por supuesto. Siempre es un agrado que me despiertes a estas horas de la mañana— el sarcasmo de mis secas palabras me raja la garganta.
Me tiro de vuelta a la cama e intento llevar mis tapas también, pero ella las sigue sosteniendo con el rostro perplejo, así que finalmente me hago bolita y cierro los ojos. Hace un frío que pela.
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Perfecto Desastre | Titanes I |
ActionTyee Smith tiene tres palabras para definirse a sí misma; vacía, nociva y un desastre. Como traficante de drogas dentro de la universidad le ha perdido el miedo a todo. Porque ya le han arrebatado todo. Y se ha transformado en un constante torbell...