Perfecto Desastre | Titanes I |

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Marzo 1, 2017
17:33 pm

『 T Y E E 』

Uno vez me dijeron que si uno quiere cambiar o mejorar debe hacerlo para beneficio propio y no por alguien más. No lo había entendido completamente en aquel entonces. Mis padres también dijeron que nada es para siempre, que las cosas se pierden, que la gente muere, que los años pasan y la vida avanza.

A lo largo de la vida aprendí a la mala cosas que me hubiera gustado que ellos me dijeran en aquel entonces. Como que no hay que esperar nada de nadie, porque alguno incluso de esta forma logran decepcionarnos. Los seres humanos están hechos para fallar y equivocarse, pero no podemos permitir más errores en nuestra vida, que los que nosotros mismos cometemos.

Un cuerpo se sienta a mi lado en el pasto. Y en primera instancia no puedo decidir si me molesta o me da igual. Evidentemente quiero estar sola, porque me siento atascada. Pero al mismo tiempo tener compañía cuando estas a punto de derrumbarte ayuda de sobre manera.

Rechazo cualquier mal pensamiento cuando en lugar de comenzar a desbordar palabras una tras otra y preguntarme que esta mal, Blake simplemente mantiene el silencio a mi lado.

Kylan también sabia leerme así de bien, pero él, al igual que yo, es mas de llevar las cosas al limites y dejarlas reventar de inmediato para conseguir eliminarlas. En su lugar, Blake me da espacio, y luego de algunos minutos de silencio, simplemente comparte un pensamiento.

—A veces me molestaba que la universidad y las fraternidades quedaran tan alejadas del centro. Ya sabes, tener que tomar el auto o el bus para ir a cualquier sitio, a al menos 40 minutos de distancia... Pero le ido tomando el gusto.

—¿Ah si?

Por el rabillo del ojo lo veo asentir lentamente. —Allí fuera todo es tan bullicioso, tan acelerado. Dublín es sofocantemente pequeño comparado con otras ciudades de Europa.

No podría estar mas de acuerdo con él. Aquí a las afueras las casas son grandes, hay mucho patio, todo es tan verde y silencioso.

—Y aun así hay lugares que no consiguen ser suficientes. Por eso me gusta estar acá.

—Mucho mas silencioso que Alph sau, ¿No?

Esta vez soy yo quien asiente. Su cuerpo aparece como una silueta al contraste del atardecer, a sus espaldas el fuego en el cielo me recuerda que está a punto de esconderse el sol, y que aquella aureola rosada será lo último bello que veré antes de que todo se vuelva oscuridad y soledad.

—¿Cómo me encontraste?

Hace un gesto con la cabeza apuntando un poco mas allá, hacia lo que queda del edificio que hace unos días atrás ardió en llamas y se llevo a mi amiga consigo.

—Termine el entrenamiento, y Dios, no lo se, Ty. Estaba pensando en ti, y creí que si había algún lugar al que irías si te sintieras como creo que te sientes, sería aquí. Conocía a Maryanelle. Quiero decir, es difícil que alguien no lo hiciera. Es de esas personas que ilumina el camino de cualquiera con el que se tope.

No entiendo muy bien porque sus palabras me apenan tanto. Algo parecido a la nostalgia. Aprieta mi corazón. Pero la verdad es que desde que regrese a la universidad no he podido venir a la garita que hicieron en su honor cada vez que tengo tiempo libre.

—La extraño— es todo lo que digo.

Disfruto de la brisa unos segundos para respirar hondo y dejar ir lo que tengo dentro cuando exhalo. Jamás he podido contarle a alguien mas lo que realmente siento. De por si no hablo mucho, pero si lo hago, simplemente relato hechos, no indago mas profundo. Y no es que sienta que no sería un buen oyente, pero el hecho de que sea él no cambia quien soy yo.