Perfecto Desastre | Titanes I |

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Debería haberme quedado en casa ,
porque ahora no hay manera de dejarte ir
¿Me estoy enamorando de quien
me podría romper el corazón?

Break my heart • Dua Lipa

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『 T Y E E 』

La oscuridad es mucho más espesa a las afuera de la cuidad. A las cuatro de la mañana, la niebla ha bajado lo suficiente para tragarse todo lo que se le acerca. En algún momento la visión se volvió casi nula, y ya no nos permite ver mucho más allá que un auto de distancia.

—Lo siento— le digo de pronto, interrumpiendo abruptamente en nuestro silencio. Aunque no se muy bien porque me disculpo, si por lo sucedido ayer en Alph sau, por haberlo hacho a llevarme a las carreras, por haberme ido con Bins o por insinuar que habría estado irracionalmente mal matar a ese tipo. Simplemente sentía como que debía hacerlo. Él aprieta un poco el manubrio de forma nerviosa, pero no de enojo. —La mayor parte del tiempo no se dejar de comportarme como una idiota.

El niega con la cabeza. —Yo también lo siento. Me puse nervioso, solo podía pensar en esa bala— dice alternando la mirada en el parabrisas. —perdí la cabeza. —Me quedo estancada unos segundos en sus palabras sin poder dejar de mirarlo. —Es normal que tuvieras miedo, no debí llevarte allí, joder. Si Ian se entera, va a matarme.

Frunzo el ceño. —No tenía miedo.

Jamás sentí algo así. No lo tuve cuando me encontraba en medio de la balacera o alver a Kylan con su arma, matando a quien sea que se haya puesto en frente para amenazarnos. Si soy sincera, su acción solo ha provocado un sentimiento de fascinación en mi interior; porque pude ver que no tiene miedo de enfrentar a nadie para salir de cualquier situación. Saber que la persona que temo lastimar es igual de resistente que yo me llena de seguridad. Mi reacción ha ido mucho más allá de un nerviosismo de momento o un miedo ante lo desconocido.

—Creo que ya no hay muchas que me asombren o me asusten. Me da igual si tienes un arma de mano o una ametralladora, Kylan. No me das miedo— bajo la ventanilla para ventilar un poco el auto, ya que los cristales se están empañando, y también porque comienzo a sentirme asfixiada y claustrofóbica; la brisa comienza a helar mi cara. De fondo me atrapa la melodía de África de Toto con su entrada legendaria. El asunto casi se siente trágico. —Estaba enojada— continuó. —Enojada contigo y conmigo por lo estúpido que fue aquel momento allá.

Veo a Kylan arrugar el ceño.

—¿Qué demonios hice? — esta vez la que arruga el ceño soy yo. Es igual a mí, vivimos cagandolas, pero jamás somos realmente consciente de lo que hacemos. Dañamos a los demás sin siquiera darnos cuenta.

—Vine contigo, Kylan. Y me hubiera gustado correr contigo, no con aquel imbécil— le gruño. Kylan me mira por unos segundos, luego vuelve la vista al frente.

—Yo te dije que no te subieras a su auto.

—¡Porque tú no querías dejarme subir contigo! — Kylan vuelve a mirarme, pero esta vez comienza a desacelerar hasta estacionarse a un costado de la carrera sin despegar sus ojos de los míos. El auto hace un movimiento brusco cuando deja de moverse. —¿Por qué?

No se voltea a verme, y como nunca tiene ambas manos aferradas al volante. —Esas mierdas, sobre todo en los Begginers, son extremadamente peligrosas. Esos sujetos no juegan limpio. Me he estrellado y he salido vivo de milagro, T. No quería siquiera que hubiera la posibilidad de que corrieras la misma suerte.