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  T Y E E 

Abrocho el cinturón especial en torno a mi cuerpo y lo aprieto lo más que puedo. Verdaderamente no se en que estoy pensando, no sé por qué me tiré a ir junto a un chico que no conozco de nada, ni porqué aun no me he bajado del auto. Mi primera vez en esto debía ser junto a Kylan, porque él fue quien me trajo, y porque confió más en el que en este sujeto.

El espectáculo de las Matti's termina algunos minutos después. Cada una menea sus caderas y se dirige al auto en el que esta su conductor.

—¿Todos listos, competidores? — Danny se pasea por delante de los autos moviéndose de un lado a otro muy contento. Saca el fajo de billetes de su bolsillo y los muestra a todos. —Esto es lo que se llevara el ganador de hoy.

—¿No te avergüenza, Bentley? — me volteo a ver a Bins. Él se apega al volante para poder gritarle a Kylan, quien ni siquiera se inmuta. Sigue con la mirada en el frente. —...que incluso la chica con la que vienes me prefiera a mí.

Casi me río. Este Tio tiene un ego que te cagas. Que esté con el es meramente una venganza para Kylan. No tiene nada que ver con preferirlo. Este aprieta el volante y ahora sí que lo mira. Yo conozco esa mirada, joder. Es la misma que le dedica a alguien cuando está a punto de golpearlo.

Dale Bins, estas a palabras de ganarte un paseo por el puño de Kylan.

—No deberías meterte al ring si no sabes boxear— prosigue, Kylan sonríe, pero yo vuelvo a preguntarme cuan bueno es Kylan en esto. Y creo que me siento tentando a decirle que eso da igual. Digo, lo entiendo. A mí me gusta jugar en la Xbox, pero soy un asco con los juegos de pelea. A eso no hay nada que hacerle.

—Pero tu tienes claro que yo si se boxear— Kylan se toca la cara señalando el costado de su ojo casi riéndose. Me volteo a ver a Bins y puedo notar a la perfección la cicatriz que le rodea el ojo izquierdo. Me imagino que el golpe debió dolerle. También sonrío. Bins hace un gesto de disgusto con la boca, el mismo que hizo Kylan cuando lo vio aparecer. Chasquea la lengua un par de veces; se quedó sin palabras porque obviamente él fue quien perdió en esa pelea.

—Supongo que la chica es el trofeo ahora— continua. Lo único que le faltaba a mi día. —Quien gane la carrera se la queda.

Kylan no responde y vuelve la vista al frente. Lo más gracioso de la situación es que este tipo asuma que si él gana yo voy a estar encantada de hacerle compañía. Aún no se da cuenta de que está siendo totalmente utilizado para mi propósito. Sea lo que sea que pase, al final de esta carrera saldré del auto de la misma forma en que entre y me olvidare de él para siempre.

—¡Cuenta regresiva! — vuelve a gritar Danny. Su amplificador es ridículo ya que sabe usar sus cuerdas vocales tan bien que lo escucharíamos aun sin él. La gente a su alrededor grita de la emoción. Los motores rugen al unísono. —Tres, dos— la tensión se presenta en forma de un nudo en mi estómago. Le dirijo una mirada a Kylan, quien sigue con los ojos al frente, las manos apretadas al manubrio y el rostro serio. —Uno. ¡Que comience la carrera!

Solo siento el acelerar del auto cuando mi cuerpo se va de lleno hacia atrás y choco la cabeza con él asiento. Ahogo un grito de sorpresa, porque me niego a quedar como la chica asustadiza. Estaba escuchando la cuenta regresiva inconscientemente. Solo me di cuenta de que quizá no estaba preparada para esto cuando el auto estaba acelerando.

Seis autos en total e inmediatamente dos quedan sorprendentemente muy atrás. Kylan es uno de ellos. El Subaru que antes estaba a nuestra izquierda ahora nos pisa los talones, mientras que el Jaguar nos acecha por el lado derecho.

Perfecto Desastre | Titanes I |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora