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T Y E E

Se acomoda en la mesa y abre la boca por tercera vez desde que nos sentamos aquí, y eso que ni siquiera está listo el desayuno. Aun quiero saber cómo logra tener toda esta energía a las seis y treinta de la mañana. Skyle se ha proclamado mi despertador diario y todos los días a las seis en punto está en pijama en la puerta de mi habitación para levantarme, por lo que ya no hay manera de que me quede dormida. Suele cantar alguna ridícula canción, bailando música extraña que reproduce desde su móvil, me enciende la luz o me arroja una almohada si no le hago caso. A veces incluso tira de mis mantas. Si antes lo odiaba, creo que ahora quiero matarlo, por si cabe alguna duda.

—¡A esa fiesta van a concurrir incluso alumnos de la AUI!— Sky sonríe y habla con más emoción de la que pensé que se podría ver en un ser humano alguna vez, Jhon se ríe y pone los huevos revueltos sobre la mesa. —Jamás veras más descontrol en tu vida.

¿Se supone que eso debe convencerme?

—Que entretenido. No quiero ir—sentencio.

—¿Tienes que trabajar?— el minuto que me demoro en responder es de pura sorpresa. Yo no le he mencionado a los chicos que trabajo. Cada vez que algunos de ellos preguntaba donde iba cuando me veían saliendo o regresando tarde, me limitaba a responder con alguna idiotez. Que me iba a ir a parar autos, que iba a ver si estaba lloviendo en la esquina. Que me iba de fiesta, a la cárcel o al baño, incluso cuando estaba cruzando la puerta de entrada. Eso era suficiente para ellos y de inmediato pasaban a otro tema. Así que me es un poco sorprendente que lo digan con esa seguridad y que los J no pregunten al respecto. No estoy segura si fue Kylan o Ian quien lo dejó salir.

—No.

—Ahí tienes. El universo quiere que asistas.

O mi jefa que tiene que abaratar costos y me está quitando horas.

—No sé para qué me invitas si vas a perderte de mí vista incluso antes de llegar. —Trato de sonar molesta, pero la situación me divierte demasiado como para permanecer seria. Incluso con sueño encima.

—¿Qué tratas de decirme?— él arruga el ceño.

—Que vas a ir detrás de cada vagina que se te cruce— me encojo de hombros. Ni siquiera siento un poco de vergüenza por el lenguaje que utilizo, y lo mejor de todo es que Skyle ni siquiera se da cuenta, solo parece molestarle el que lo trate de mujeriego. —Me pregunto cuáles serán tus límites.

Entonces ahora sí parece ofendido. Sonrió cuando Jaeden y Jhon sueltan un largo y alentador Uuuuh con sus bocas llenas de comida. Sky no se demora nada en formar otra sonrisa.

—¿Es eso envidia, Honey?— el desayuno casi escapa de mi boca.

—¿Envidiosa yo? ¿Por qué iba a estarlo?

—Porque no tienes idea de cómo ligar— se encoge de hombros. —No podrías lograr que algún Lobo vaya contigo a la fiesta.

Aquello clava en lo más profundo de mi orgullo. No porque sea verdad, sino porque ahora sé que es muy molesto que el par de "J" digan uuuh cada vez que te atacan.

No hagas lo que no te gusta que te hagan.

Suelto mi tenedor y me apoyo en la mesa para estar más cerca de él y verme así al menos un poquito desafiante. ¿Qué no quería ir? ¿A quién le importa? A este punto mi dignidad y mi orgullo están primero, no puedo quedarme en casa y dejar que piensen que tienen razón. Después de todo, ¿Qué podría salir mal?

Perfecto Desastre | Titanes I |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora