Perfecto Desastre | Titanes I |

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Octubre 16, 2016
08:33 am

『  T Y E E  』

Voltea la hoja hasta mí y me deja un plano perfecto para que yo comience a leer. Achino los ojos; decido fingir que soy un poco ciega en caso de que lo necesite utilizar a mi conveniencia.

Punto uno. Estudiante tiene actitud rebelde. Es lo primero que pone. Me describiría como adrenalínica, pero no rebelde. Es solo que no me gusta que me den órdenes.

Punto dos. Poco sociable. No es mi culpa que DreamsField esté lleno de idiotas.

Punto tres. Comportamiento agresivo. Es golpear o ser golpeado, y yo no soy del tipo que soporta bien ni siquiera los malos tonos. Con respecto a la legendaria pelea con Atria, y en mi defensa, ella arrojó el primer golpe.

Punto cuatro. Impuntual. No. Bueno, quizá si un poco. Pero es que me la tengo que pasar corriendo para todos lados para hacer calzar mis tiempos. Un poco de merito por eso, ¿No?

Punto cinco. Posibles traumas psicológicos.

Joder.

¿Qué mierda es esto?

¿Qué más dice? ¿Actitud explosiva? ¿En serio? ¿Por qué esta lista tiene mi nombre? Deben estar jugándome una broma, no pueden tener tan mal concepto con respecto a mí.

De pronto siento como si en lugar de una universidad, estuviera encerrada en un centro psiquiátrico en el que cada sujeto al que me enfrento tiene algo que sacar de mí.

— ¿Y bien?

Apartó la hoja de mí y se la entregó. Me apoyo en el asiento intentando demostrar una actitud despreocupada pero sin llegar a ser irrespetuosa.

—Ya se lo dije, no es mía.

—¿Y de quien es entonces?

Alzo una ceja. —¿Quiere que vaya por la universidad preguntando? De seguro aparecerá más de un dueño.

—No me falte el respeto, señorita Smith— me quedo callada pero frunzo el ceño. —Esto estaba en su habitación, ¿De quién más podría ser?

Miro la bolsa con los ojos entrecerrados. Si, es mía, por supuesto que aquellas láminas de LSD son mías, pero no voy a reconocerlo o me quedo fuera antes de que alcance a decir «joder». En primer lugar, nunca deberían haberlas encontrado, ni siquiera en aquellas revisiones mensuales de rutina. La bolsa estaba pegada a la parte baja de uno de los cajones de mi armario, donde siempre escondo la droga, y nunca ante habían siquiera revisado el lugar.

—Cómo si fuera poco, hay rumores que dicen haberla visto vendiendo droga por la universidad.

Que forma tan elegante de decir que trafico.

—Hay rumores que dicen que hay profesores que se acuestan con alumnas, pero debemos tener pruebas, no solo rumores, ¿No?

Se le crispa algo en la cara. —¿No la parece que haber encontrado esto en su habitación es prueba suficiente?

Otra razón para defenderme es que si, trafico droga dentro y fuera de Dreamsfield, pero no tráfico LSD, así que en rasgos generales, le estoy diciendo la verdad.

—Pueden ser de la antigua dueña de la habitación, de algunas de mis compañeras de cuarto que quería esconderlas de ustedes y librarse de una grande si las encontraban. ¡No lo sé! Usted lleva más años en esto, deben existir miles de posibilidades más.