Guerra De Hermanos

Capítulo 26: La verdad

Britany

-Travis...

-¿Piensas que eres una puta?

-No es lo que...

-¿Estás de novia de Derek? -gritó parándose.

-Travis...

-Respondeme.

-Sí, pero...

-¡Y el muy cabrón se atreve besar a tu hermana! ¡En frente de tus narices! ¿Y sabes qué es lo peor? ¡Que lo defiendes!

-Travis, cálmate.

-¿Me vas a decir que no es eso?

-Sí, es eso, no te voy a mentir, Travis. Pero debes entender...

-No, yo sé más que tu sobre todo esto. -suavizó su mirada y me miró, para luego abrazarme -No me importaria si luego de que sepas todo vengas a mi casa.

Se quedó en silencio, abrazándome, sentí como asintió y se va.

¿Qué fue esto?

¿Por qué todos están hablando de la verdad?

Derek, por favor, que no sea nada malo.

Kurt.

Manejé en silencio y con la mandíbula apretada, no pienso ayudar a que Derek se quede con Britany, pero tampoco dejaré que se haga mierda pensando en cosas que no debe.

-Kurt...

-Habla.

-¿Y si Britany se aleja de mi para siempre?

Lo veo y tiembla su labio inferior, mientras sus ojos se llenan de más lágrimas. ¿Qué tanto quiere este chico a Britany para que se ponga así?

Suspiré pesadamente y me pasé la mano por el cabello.

-Te voy a llevar a un lugar en el cual puedes estar solo. ¿Ya hiciste lo que nos dejaron para hacer en vacaciones?

Él negó con la cabeza.

-Yo no lo voy a hacer, hablé con todos para que no me dejarán trabajo a cambio de algunas cosas.

Asentí en silencio y seguí manejando hasta un parque.

Derek se bajó y empezó a caminar sin rumbo. Mientras yo salía tranquilamente a comprar cigarrillos para luego sentarme y empezar a fumar.

Derek me vio y se me acerco.

-Dame uno.

Alcé una ceja pero no dije nada, solo le di uno y se lo encendí. Siempre cargo un encendedor en mi bolsillo, nunca se sabe.

Luego de acabar la cajetilla, llevé a Derek a su casa, donde estaba Max llorando como mujer en el sofá, a lo que Derek corrió y abrazó a su hermano, empezaron a hablar en susurro, y lo único que escuché fue Ashley y verdad.

Britany

Ashley llegó destrozada, ella se secaba las lágrimas y decía: Estás loca, estoy perfecta. Aja, claro.

***

Sonó la puerta y obviamente, no pensaba abrir, tenía demasiada pereza, pero el golpe cada vez se hacía más fuerte así que fui a abrir.

Era Derek, en el segundo que lo pude ver, vi sus ojos rojos, pero no vi más, ya que se lanzó hacia mi, abrazándome con fuerza.